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Rafael Nadal posa con el trofeo que conquistó ayer, su octavo en Roland Garros. / AFP (THOMAS COEX)
Madrid (AFP). “La emoción de un país” (Marca), “Nadal rompe los límites” (AS), “El más grande” (Sport): la prensa española buscaba el lunes superlativos para describir la octava victoria del tenista Rafael Nadal en Roland Garros, el primero en conseguir tantas victorias en un mismo Grand Slam.
El periódico Marca calificaba de “mito” al tenista de Manacor (Baleares), que el domingo venció con facilidad a su compatriota David Ferrer, 6-3, 6-2 y 6-3.
“Nadal ya es una leyenda tras superar a la historia con su octavo Roland Garros”, escribe también el diario.
“Las cifras de Nadal en el polvo de ladrillo en general y en Roland Garros en particular asustan. Son números de jubilado.
“Entre las cuatro paredes del torneo francés sus números alcanzan los 59 partidos ganados, más que nadie, y una única derrota ante Robin Soderling en los octavos de 2009”.
El Mundo Deportivo sigue los pasos de Marca y titula “Rafa VIII” en honor al rey de la tierra batida.
“Con el 12º ‘grande’ sube al podio de los más laureados”, señala el periódico catalán, recordando que ahora el español solo tiene por delante a Roger Federer (17 Grand Slams) y el estadounidense Pete Sampras (14).
El diario generalista El País subraya la proeza del balear especialmente por ganar este título tras una pausa de siete meses por una lesión en la rodilla.
“Por encima de las medallas que adornan su currículo, queda la homérica odisea de un campeón como no habrá otro, capaz de triunfar en junio pese a que en enero aún penaba una lesión en la rodilla izquierda”, enfatiza el periódico.
Antes de su fulgurante vuelta a las pistas alcanzando nueve finales y ganando siete, Nadal estuvo alejado de los torneos durante siete meses por una inflamación en el tendón rotuliano de la rodilla derecha.
El diario As, además de coronarlo rey de la arcilla, alabó al tenista por haber conseguido detener el tiempo.
“Con ocho años más y sin pantalones piratas, es aquel mismo chico bruñido, con la luz y la tez de un pescador de Porto Cristo, que debutó en 2005 en la pista 1 de Roland Garros”.
