“Sólo quiero hablar de futbol, pero me han hecho daño los ataques”, admitió en un comunicado publicado en la web de su equipo.
“No soy un político, no estoy afiliado a ninguna organización, no soy racista y no apoyo la ideología del fascismo. Respeto a todos. Soy un hombre de futbol y eso, y mi familia, es lo que me importa. Ahora hablemos sólo de futbol”, apuntó.
El exjugador, de 44 años, dijo en 2005 en su país que era “fascista, pero no racista” y fue fotografiado con el brazo extendido, haciendo un saludo fascista a un sector de la hinchada de la Lazio.
El domingo David Miliband, hermano mayor de Ed Miliband, actual líder del Partido Laborista Británico, dimitió de su cargo como vicepresidente del club del noroeste de Inglaterra por “las declaraciones políticas que ha hecho en el pasado el nuevo entrenador”.
El director de Futbol Contra el Racismo en Europa (FARE) Piara Powar también advirtió que el nombramiento de Di Canio era “preocupante” por sus negativas a aclarar o a rechazar sus manifestaciones y gestos del pasado.
El lunes por la noche la Asociación de Mineros de Durham, que representa a los extrabajadores del carbón de la región del noroeste de Inglaterra, expresó su desacuerdo con el fichaje del técnico italiano.