La Selección Nacional de voleibol sentado viajó este martes a Toronto, Canadá, donde se enfrentará a las potencias del continente americano en el Campeonato Zonal Panamericano, clasificatorio al Mundial de Ámsterdam, Holanda.
La ilusión y la consigna de mejorar su nivel son los sentimientos que invaden al equipo tico previo a los duelos ante Brasil (subcampeón mundial), Estados Unidos y Canadá, segundo y tercero de América, respectivamente.
El técnico costarricense, Carlomagno Sáenz, explicó que asistir a este torneo se da gracias al crecimiento constante que ha tenido la disciplina desde el 2002, cuando participó por primera vez a nivel internacional.
Actualmente Costa Rica es sexta del ranquin americano y eso le dio el pase directo al certamen.
Eso es un reflejo de que el proceso ha deparado mejores resultados para el voleibol sentado nacional.
"Para nosotros es hacer historia porque es la primera Copa Panamericana, es un sueño. Es importante estar ahí, tenemos varios jugadores nuevos y es bueno que se midan en este nivel", comentó Sáenz.
Los dos mejores del torneo clasificarán a la Copa del Mundo, algo que hoy es muy difícil para Costa Rica, admitió el estratega tico.
Sáenz afirma que estos partidos son ante potencias, por lo que también se toman como fogueos de lujo, sobre todo si se considera que no pudieron tener amistosos con otras selecciones.
"Esto es parte del proceso a Lima 2019, a los Juegos Parapanamericanos. Tenemos que trabajar con más fogueos internacionales, porque los nacionales no nos dan la misma competencia que sí nos da un equipo como Colombia, Brasil o Estados Unidos", añadió Sáenz, quien hizo hincapié en el apoyo recibido por el Comité Olímpico Nacional y la Federación Paralímpica para cubrir los gastos.
Pese a la poca preparación, el conjunto costarricense tiene el reto de vencer a Canadá, pues según Sáenz, han estado cerca de hacerlo.
El primer partido de Costa Rica es el jueves ante Brasil y el viernes tendrá doble jornada: en la mañana contra los anfitriones y en la tarde ante los estadounidenses.
Carlos Castro, uno de los jugadores más experimentados y quien está en la Selección desde hace 15 años, ha visto la evolución de este deporte en el país.
"Cuando fuimos a Argentina (en 2002) solo éramos seis y ahora en el país hay cuatro equipos en el torneo nacional, ha subido la cantidad y la calidad de jugadores".
Además de ser un deporte, el voleibol sentado consigue una reinserción de las personas que sufren alguna discapacidad.
"Esto nos sirve de rehabilitación, ayudamos a mucha gente cuando está recién amputada, los visitamos y les damos recomendaciones", comentó Castro.
¿Cómo se juega?
El voleibol sentado se juega con las manos, se trata de hacer un arrastre, sentados sobre el piso.
Según Sáenz, tiene un grado de dificultad más alto que el voleibol convencional, "porque la persona se tiene que mover y jugar con las manos".
Los equipos están compuestos por seis jugadores, al igual que el voleibol convencional, con la diferencia de que la altura de la red es de 1,15 metros para hombres y 1,10 metros para mujeres. La altura usual es de 2,45 metros.
La mayoría de personas que conforman equipos de esta disciplina llegan tras haber pasado por alguna amputación o acortamiento de las extremidades, generalmente provocadas por accidentes de tránsito.