No es broma. Dos sismógrafos medirán la actividad sísmica hoy en el partido en el que los Santos visitarán a los Seahawks de Seattle.
La leyenda de la llamada “escala bestial” surgió hace tres años, cuando un aparato para medir movimientos telúricos registró el estruendo provocado por la celebración del touchdown de Marshawn Lynch. Una anotación crucial en el al triunfo sobre Nueva Orleans.
En el 2010 los Seahawks ganaron una mediocre División Oeste con solo siete victorias (y nueve derrotas). Aún así, el injusto formato de clasificación de la NFL les dio la ventaja de localía ante los Santos, que habían ganado 11 partidos.
Drew Brees comandaba al vigente campeón y una de las mejores ofensivas de la liga.
Poco importó a los Halcones Marinos, que sacaron un triunfo fundamental en el crecimiento de este conjunto e iniciaron la leyenda del poderoso campo CenturyLink Field, donde solo Arizona logró sacar un triunfo de visitante, hacia el final de la campaña regular.
Los Santos también fueron humillados ahí en la semana 13, cuando la potente ofensiva de Brees fue contenida en la derrota por 34-7.
Hoy las cosas son muy distintas, Seattle es el gran favorito para el Super Bowl XLVIII y tiene un halo de invencible basado en una defensa feroz, la mejor del año.
También tienen uno de los mejores ataques por tierra, conducido por Lynch y un Russell Wilson, el mariscal, que no teme salirse de la bolsa de protección.
Santa sorpresa. Los Santos se presentan como la segunda mejor ofensiva por aire de toda la liga y con un ataque terrestre que sorprendió la semana pasada, cuando consiguieron su primer triunfo de postemporada fuera de casa –en toda su historia– ante Filadelfia.
Ante las Águilas el conjunto corrió para 185 yardas, una cifra que no extrañaría en otros conjuntos pero sí cuando se tiene a un Brees de quien solía depender, para bien o mal, el destino de Nueva Orléans. se usó información de AP.