Para ser campeón de la NBA se necesitan cuatro victorias en las finales. Pero hay humillaciones que parecen decidir el destino.
Lo de anoche, paliza de 113-77, bien pudo ser la coronación adelantada de los Spurs como monarcas de esta campaña.
La diferencia de 36 puntos es la tercera mayor paliza en la historia de las finales de la NBA. La mayor humillación al Heat del Rey.
Falta ver si Miami tiene la fuerza para reponerse y evitar que los restantes partidos sean un sepelio.
Pero lo del primer juego en San Antonio fue muy contundente. No hay claves de lo que pasó, porque fue una victoria abismal en todos los factores del juego.
Los Spurs mataron con 16 triples, la efectividad de tiro cercana al 50%, los rebotes (52 a 27), la defensa, el contragolpe (20 puntos llegaron por esa vía), todo...
“Tenemos lo que merecemos”, así de claro fue el coach Erik Spoelstra, de Heat, en la rueda de prensa.
Danny Green, con siete triples y 27 puntos, fue la estrella. Gary Neal, el factor sorpresa, con 24 puntos y seis triples desde la banca.
Tim Duncan y Kawhi Leonard, combinados para 26 rebotes, fueron la clave defensiva para frenar el rendimiento de LeBron James.
El Rey se fue del juego con solo 15 puntos al anotar tan solo siete de sus 21 disparos. El cuatro veces MVP de la liga no ha logrado llegar a la doble decena de puntos en los tres partidos que van de la final.
Chris Bosh (12 puntos) y Dwyane Wade (16) tampoco pudieron rescatar la honra del equipo.
Mike Miller, perfecto desde la tercera dimensión con cinco triples de cinco intentos, fue el único jugador del Heat con buena nota.
Inesperado. Cuando Green lanzó un triple para cerrar el segundo cuarto arriba por seis puntos, nadie se podía imaginar la deshonra de la segunda mitad del encuentro.
El tercer cuarto sirvió para que los locales ampliaran la ventaja en nueve puntos más pero fue en el último parcial cuando el equipo visitante perdió el espíritu.
Los Spurs apuntaron 35 puntos en el último cuarto del juego, mientras LeBron y sus escoltas del Big Three observaban derrotados ya sentados en la banca.
Este triunfo pone la serie 2-1 para los Spurs, quienes ahora tienen la ventaja de localía y jugarán en casa sus dos próximos juegos.
Tras la victoria del segundo partido parecía que el Heat había encontrado la fórmula para controlar a su oponente, pero ayer Gregg Popovich le demostró a Spoelstra que sus 17 años de experiencia y cuatro títulos no fueron casuales.
Ahora Miami, vigente monarca, deberá conseguir darle más ayuda a James si es que quiere que, al menos, la serie regrese a su casa.