Hace 20 años sus carrera empezaban, eran casi desconocidos en el mundo del fútbol, pero con grandes sueños.
De la mano del técnico Rolando Villalobos; Ricardo González y Douglas Sequeira fueron parte de aquel grupo que ganó la única medalla en el fútbol masculino que tienen nuestro país en unos Juegos Centroamericanos. En aquella ocasión fue en las justas de San Pedro Sula, Honduras en 1997.
Dos décadas después, González y Sequeira, ya retirados como futbolistas, fungen como preparador de porteros y asistente técnico del entrenador Marcelo Popeye Herrera, y con él buscarán guiar al grupo a las semifinales del torneo de fútbol masculino de los Juegos Centroamericanos de Managua 2017, cuando este sábado a las 4 p. m., se midan con El Salvador, en el Estadio Nacional de Nicaragua.
El actual grupo derrotó a Panamá en el primer partido, por lo que esperan continuar por la misma senda buscando un espacio en la gran final
González y Sequeira aún guardan como recuerdos de su participación en el ciclo olímpico y sus medallas.
En San Pedro Sula 97 los ticos derrotaron en la final a Panamá 1-0 en un partido muy reñido y lograron la histórica victoria. Días atrás vencieron a los hondureños en penales tras quedar el compromiso 0-0. Ricardo detuvo un penal y dio el boleto a la gran final al quedar 4-3.
En aquel torneo precisamente empezaron derrotando 3-1 a los canaleros y luego se los toparon en la final en el Estadio Metropolitano.
González ganó presea de bronce en los Juegos Centroamericanos de San Salvador 94, oro en San Pedro 97 y también oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce 93.
Douglas, por su parte, fue oro en los Juegos de San Pedro Sula, bronce en los Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 98 y participó en los Panamericanos de Winnipeg, Canadá en 1999, pero allí nuestro país no ganó ninguna medalla.
Ricardo comentó que en San Pedro Sula asistió como refuerzo junto al volante Wálter Paté Centeno y el defensa Richard Mahoney (el reglamento así lo permitía).
"Mi generación había sido la anterior, la que fue tercera en el 94. Hicimos un lindo grupo, recuerdo que previo hicimos una concentración en un lugar que se llama Cabuya, por Montezuma, para aclimatarnos porque estuvimos jugando en Puerto Cortés”, dijo González.
El Gallo, además, recordó que para ir a Cabuya debían pasar un río en el autobús, pues entonces no tenían puente y precisamente esa fue una de las experiencias que más unió al equipo.
Por su parte, Douglas Sequeira confesó que por aquellas épocas él jugaba en Holanda, por lo que no fue a Cabuya, pero si fue Honduras a participar en el torneo regional.
“Fue un torneo difícil, jugamos contra Belice que nos complicó mucho. Esa fue una generación muy buena, con buenos futbolistas y al final logramos el objetivo. Luego asistimos a los Juegos de Maracaibo, Venezuela, luego a los Panamericanos. Ahora estamos acá en otra faceta y tratamos de aportar al grupo de jóvenes e inculcarles lo importante de ganar la medalla”, dijo Sequeira.
Douglas enfatizó que junto con Ricardo González hablan con los jóvenes y los motivan para que mantengan ese objetivo de ganar la presea, pues el torneo es más competitivo, sobre todo por el crecimiento del fútbol en los últimos años.
“Costa Rica siempre es favorito y siempre le juegan a ganarle. Siempre existe esa rivalidad, por lo que debemos estar a la altura de lo que representa el fútbol de Costa Rica y esperemos estar en esa gran final disputando la medalla de oro. Estamos en una faceta en la cual queremos aportar, porque sabemos que es un proceso que al ir avanzando se torna difícil pues vienen los Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos y finalmente el preolímpico”, admitió Sequeira.
Ricardo hizo un paréntesis sobre las diferencias de los Juegos de hoy en día con los anteriores donde participó, pues comentó que ahora son más profesionales, pero antes había una mayor convivencia.
“Siempre he pensado que son procesos muy lindos. Antes convivíamos en una villa con más de 2.000 atletas y se hacían largas filas en el comedor, compartíamos con atletas de otras disciplinas y los íbamos a apoyar a los gimnasios. Ahora es diferente porque nos quedamos en hoteles y hay más profesionalismo y también menos distracciones para los atletas”, admitió González.