El Super Bowl 51 tendrá frente a frente a dos equipos con realidades muy distintas, pero con un solo objetivo: levantar el trofeo Vince Lombardi.
Los New England Patriots tienen estirpe ganador en su sangre, presentes en su novena aparición en el partido más importante de la NFL.
Por su parte, los Atlanta Falcons forman parte de la fatídica lista de 13 equipos que nunca han logrado ser campeones en el Super Bowl.
Pese a que los equipos y sus mariscales de campo están muy separados en cuanto a logros en su carrera, el partido pinta muy parejo.
Matt Ryan, mariscal de campo de los Falcons, tiene números contundentes para ser considerado como el más valioso de la temporada, aunque con la desventaja de estar por primera vez bajo los reflectores del Super Bowl.
Ryan tendrá en frente a uno de los mejores de la historia, quizás el mejor: la leyenda viviente Tom Brady.
Brady tiene seis Super Bowl en su espalda, de los cuales ganó cuatro. Los dos que perdió se le escaparon increíblemente ante los New York Giants.
Por cualquier lado que se le mire, los Patriots parecen los favoritos, ya que tuvieron el mejor récord de la temporada (14-2), tienen buena defensiva y una ofensiva que pese a la baja del ala cerrada Rob Gronkowski ha sido eficaz.
Los Falcons, sin embargo, tienen las armas suficientes para dar el golpe en un juego, al estilo de Julio Jones, uno de los mejores receptores de la NFL, y Devonta Freeman, con un juego terrestre demoledor.
Los Patriots llegaron al Super Bowl tras vencer a los Houston Texans en la ronda divisional y a los Pittsburgh Steelers en el duelo por el campeonato, ambos triunfos por más de 18 puntos.
Falcons sellaron su pase al dejar en el camino a los Seattle Seahawks en las divisionales y a los Green Bay Packers en el juego por el campeonato, por 16 y 23 puntos de diferencia.