Una vez más la lluvia fue protagonista en el Giro de Italia , que ayer por fin recorrió suelo italiano en la disputa de la cuarta etapa.
La fracción, con 112 kilómetros de trayecto entre las ciudades de Giovinazzo y Bari, coronó en el esprín al francés Nacer Bouhanni (FDJ.fr), en una jornada donde el australiano Michael Matthews (Orica) mantuvo el liderato.
Fue un final con un alto grado de nerviosismo por el clima y un suelo resbaladizo que provocó varios incidentes, la mayoría sin mayores incidentes qué reportar.
Debido a las complicadas condiciones, la organización decidió por seguridad que no se registraran los tiempos de la última vuelta de las ocho que tuvo el circuito urbano (8,3 kilómetros) en Bari. Tampoco, se otorgaron bonificaciones.
Eso propició una llegada masiva en la que estuvo el grueso del Movistar Team de Andrey Amador, el tico fue 178 del día con los mismos 2:22:06 de Bouhanni.
Con ese resultado Amador escaló un par de puestos en la general hasta la posición 60, siempre a 1:09 de la cabeza de la tabla.
Disputa. La primera parte de la jornada estuvo marcada por las discusiones entre participantes y representantes de la organización. El equipo del líder, el Orica, se puso a la cabeza de los que solicitaban una neutralización debido a la lluvia.
Al final, los equipos ganaron la partida. “La seguridad de los ciclistas es la prioridad”, dijo el director del Giro Mauro Vegni, cuya decisión quedó respaldada por las caídas que se produjeron más tarde.
Este miércoles el Giro viajará a su punto más al sur, en el estreno de la media montaña, con una quinta etapa que unirá Taranto y Viggiano luego de 203 kilómetros.