Guápiles. “Simplifico el camino hacia el rey enemigo y gano”, explica Emmanuel Jiménez, balanceándose en una mecedora del patio de su casa en Guápiles.
A sus 17 años Emmanuel es un joven pálido, espigado y flaco. Su mente ha sido trabajada en los tableros del ajedrez, es ágil y escoge con mucho cuidado sus palabras.
El ajedrecista del Caribe es uno de los favoritos para acaparar todos los oros en las próximas justas nacionales, en la categoría sub-21.
Mientras conversa sobre sus inicios, el muchacho es muy enfático en que desde niño le gusta resolver problemas, un talento que puede materializar con los movimientos de un caballo o un alfil.
“Mi hermano mayor, Nicolás, se metió con el ajedrez cuando yo estaba en tercer grado, él me enseñó a jugar y desde entonces no lo he querido dejar”, recuerda el caribeño.
El joven asegura que tiene un estilo de juego definido, le gusta la ofensiva, por lo que prefiere empezar con las piezas blancas, que son las que realizan el primer movimiento en el juego.
Con modestia, Emmanuel rememora a ese niño de 13 años que tomó la representación de su cantón en ajedrez. Explica que para todos fue una sorpresa ver regresar a ese pequeño con un oro.
“Fue una sorpresa, porque generalmente los mejores ajedrecistas se encuentran en el Área Metropolitana, creo que no esperaban que un niño de Pococí les robara el oro”, explica Jiménez con alegría.
En su tiempo libre, Emmanuel cambia su interés de los 64 escaques del tablero a una gramilla: es un fiel seguidor de Saprissa.
Evita las fiestas y los vicios, explica que le nublan la mente y que no se puede dar tal lujo, más cuando el éxito está al alcance.
Metas. Han sido cinco años desde que Emmanuel se dedicó a cazar piezas del tablero, un baúl donde se amontonan bonitas experiencias, dos en especial.
“Me gustan los Juegos Deportivos Estudiantiles, porque uno va con la selección del país, por así decirlo, uno se pone la camiseta”, destaca el joven.
“Le he ganado dos veces a Bernal González, sí a él, el 13 veces campeón de Costa Rica, eso para mí fue como meter un gol en una final”, asegura el joven con una sonrisa
La meta para Emmanuel es conseguir el título de Gran Maestro, que es lo máximo a lo que se puede aspirar en este deporte.