1 ¿Qué significa para la organización del Mundial el que al país le queden más de ¢1.200 millones por la prueba?
–Es simplemente una manera más de que Costa Rica y el mundo sepan que un evento de esta magnitud se puede hace aquí, que no solo somos un destino verde y de ecoturismo, sino que este tipo de eventos también generan. Esto deja ver que el turismo deportivo también atrae divisas. Este es un aspecto que nunca se ha explotado a este nivel, en los pasados Juegos Deportivos Centroamericanos hubo exposición en un lugar sede, pero no hubo mucha apertura de generar turismo más allá de las concentraciones deportivas, pero acá sí se visitan lugares, además de que vienen las familias.
2 ¿Cuál es el siguiente paso para el país después de un mundial?
–Esto es el inicio de un posicionamiento que no se puede dejar pasar, mucha gente nos pregunta qué va a pasar luego del mundial, pero no lo tenemos muy claro, aunque sí estamos seguros –en la organización– de que el esfuerzo va a tener repercusiones, que Costa Rica se va a enterar de qué se trata este tipo de eventos.
3 ¿Por qué es que acá casi no hay torneos de aventura a pesar de ser un país con tanta biodiversidad?
–Este deporte es muy exigente, requiere mucha preparación física, mental y económica, porque es caro; en esto debes ser muy buen ciclista, buen escalador, caminante de montaña, orientador con brújula y buen remador, y eso limita bastante el mercado de gente que quiera dar el paso más allá de solo querer andar en bicicleta o solo andar en la montaña, ya que todo va de la mano. Acá también hay un tema de proyección, ya que muy poca gente conoce de qué se trata este deporte. Nosotros tenemos cinco años de proceso enseñando a los ciudadanos, prensa y patrocinadores.