José Isaac Marín disputó el campeonato ligero junior contra el mexicano Ricardo Arredondo, el 29 de enero de 1972, en el Estadio Eladio Rosabal Cordero. José Isaac Marín disputó el campeonato ligero junior contra el mexicano Ricardo Arredondo, el 29 de enero de 1972, en el Estadio Eladio Rosabal Cordero.
Seria y reservada, con sus ojos de color miel centrados en el cuadrilátero, Hanna Gabriel sufrió y vivió cada jab, cada gancho, cada golpe que intercambió su esposo, el Tiquito Vásquez, en la pelea.
Gabriel llegó con un elegante vestido negro a la velada, que resaltaba su figura y hasta desviaba un poco la atención de la acción entre las cuerdas.
Pero hasta ahí llegó el protagonismo de la campeona de boxeo, apenas arrancó el combate se limitó a ser un apoyo para su esposo entre la multitud que vitoreaba por el local Uchiyama.
Los nervios y la ansiedad provocaban que la tica se frotara las manos con regularidad, mientras no desviaba la mirada del sujeto en una pequeña pantaloneta roja que en agosto le dio el sí.
Pero el silencio no pudo reinar y los gritos de la costarricense empezaron. “Vamos” fue el más frecuente y como increpando a su cónyuge también soltó un “¿De quién es esto?”, en referencia al cinturón en disputa.
Uno de esos gritos en el Gimnasio General de Ota City viajó miles de kilómetros hasta los hogares costarricenses gracias a la magia de la televisión. Eso terminó de despertar a los ticos, que de pronto inundaron las redes sociales con mensajes sobre el grito de Hanna.
Ella siguió sufriendo hasta el final de la pelea, un golpe al ánimo fue la derrota de su esposo.
“Me siento un poco triste. Me siento más preocupada de cómo Bryan se puede sentir”, dijo.
Su dolor era grande pero su orgullo y esperanzas eran ingentes. Su amor perdió pero ella asegura que es solo un tropiezo en el camino a seguir como grande.
“Sé que puede sentirse un poco triste de no haber cumplido con las expectativas, no solo de él sino de todo el país. Pero siento que se merece el respeto de todos, el apoyo. La carrera de Bryan está empezando”, dijo la pareja del boxeador.
Ya en el camerino, la pantera que arrasa en el ring se mostró más tranquila al ver el estado de la salud de su esposo.
Mientras él le hablaba a la prensa , ella le tomaba la mano. Su papel hoy no era el de la peleadora tenaz, su labor era la de la pareja incondicional que está ahí en los momentos más difíciles de su esposo.