Las Vegas, Nevada.
La pelea entre el kazajo Gennady Golovkin, apodado triple G, y el mexicano Saúl Canelo Álvarez, que muchos esperaban desde hacía rato, terminó empatada este sábado ante un público que no quedó muy satisfecho en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
Al concluir sin decisión favorable para ninguno de los boxeadores, el kazajo Golovkin conservó sus cinturones del Consejos Mundial de Boxeo (CMB), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
Golovkin, que mantuvo su invicto, queda ahora con balance de 37-0-1 y Canelo, que encajó su segundo empate, termina 49-1-2.
El combate cumplió de sobra con las expectativas: los dos no se guardaron nada al intercambiar golpes demoledores durante los 12 asaltos.
Ninguno sufrió una caída y tampoco terminaron con heridas muy visibles. Eso sí, ambos pudieron calzar potentes golpes a los rostros, haciendo vibrar al público.
Golovkin fue el agresor de principio a fin, pero sin poder derribar al ídolo mexicano. Álvarez supo responder en sus intercambios con Triple G.
La refriega mantuvo la intensidad hasta los últimos segundos y se tuvo que apelar a las tarjetas.
Un juez señaló al Canelo como victorioso por 118-110, otro apuntó un 115-113 a favor de Golovkin y uno tercero registró un 114-114. La tarjeta de The Associated Press la vio igualada, 114-114.
Álvarez es una estrella establecida, y un ídolo de masas en México. Golovkin, medalla olímpica de plata en los Juegos de Atenas 2004, busca consagrarse con la clase de desempeño que convencerá a los fanáticos que no se han dejado impresionar por su racha de 23 nocauts consecutivos y 19 defensas del título mediano.
Entre los dos acumulan 86 victorias y solo una derrota. Esa la sufrió Álvarez (49-1-1, 34 nocauts) en 2013 ante Mayweather en una pelea en la que reconoció era demasiado joven para aceptarla. Las casas de apuestas en Las Vegas tenían a Golovkin como ligero favorito, 7-5.