Islamabad (dpa). El escándalo generado por un supuesto caso de corrupción en la selección de cricket de Pakistán se ha convertido en un auténtico asunto de Estado en el país asiático, donde la disciplina es toda una religión.
El gobierno pakistaní enviará un equipo de investigadores a Gran Bretaña para averiguar la veracidad de las acusaciones de aceptar sobornos contra varios jugadores del equipo nacional, dijo hoy el ministro del Interior, Rehman Malik.
La comisión de tres miembros, ayudará a la policía británica a esclarecer el escándalo creado por la información publicada por un diario inglés.
Según “News of the World”, jugadores pakistaníes están involucrados en la manipulación de partidos.
“Si se descubre que algún jugador está involucrado en eso, daremos ejemplo con él”, dijo Malik, que tampoco descartó que pudiera tratarse de una “conspiración” para difamar al equipo.
Haciéndose pasar por apostadores del Este de Europa, periodistas del diario inglés pagaron 150.000 libras (232.000 dólares) a un intermediario para que les diera información de cuándo determinados jugadores cometerían deliberadamente un error durante el duelo contra Inglaterra (un ‘no ball’).
Los ‘no balls’ ocurrieron el jueves y el viernes (los partidos de cricket duran varios días), y fueron cometidos por Mohammad Amir y Mohammad Asif. El capitán del equipo, Salman Butt, también está bajo sospecha.
El escándalo de manipulación ha enfurecido a los aficionados de Pakistán, donde la herencia británica dejó auténtica pasión el cricket. Las peticiones de sanciones de por vida son cada vez mayores.
El lunes, numerosos aficionados organizaron en la oriental ciudad de Lahore una manifestación con burros sobre los que colgaban placas con los nombres de los jugadores involucrados.