El planeta nunca ha visto una ofensiva como la de Peyton Manning y los Broncos de Denver. Rompieron casi todos los récords existentes en la materia con 7.317 yardas en la temporada regular, 606 puntos (promedio de 37,9 por encuentro) y 71 touchdowns .
Manning volvió excepcional en el segundo aire de su carrera y busca terminar la campaña con un anillo, el que sería su segundo y adornaría la leyenda de su exitosa carrera de 16 años en la NFL.
Se trata de una ofensiva casi imposible de parar. Cuatro receptores capturaron 10 o más pases de anotación en la campaña. Una estadística alucinante si se compara con los rivales del domingo, los Seahawks, donde nadie recibió más de cinco touchdowns .
Es versátil, pues Peyton parece tener confianza en casi todos sus puntos de destino. Demaryius Thomas (14 tounchdowns y 1.430 yardas en la temporada) y Eric Decker (11 tounchdowns y 1.288 yardas en la temporada) fueron los que más se lucieron este año.
Pero al mismo tiempo Julius Thomas, con 12 recepciones para anotación, no se quedó muy lejos y Wes Welker es la principal válvula de escape cuando hay problemas.
Una escopeta muy cargada y destructiva.