Ciudad Quesada. Juan Carlos Rojas lanzó en su tierra un ataque incontestable, un mensaje de autoridad extensivo a toda la caravana, pero dirigido a unos pocos: a los mismos que derrotó ayer.
Si bien a esta edición de la Vuelta a Costa Rica le falta todavía lo mejor, lo que pasó en Ciudad Quesada fue la puesta en evidencia de que Rojas está un peldaño arriba en el lote de favoritos, un grupo que finalmente pareciera no estar tan parejo como se anunció días atrás en la previa.
El capo del JPS-Giant esperó paciente a que lo más duro de la fracción entre Guápiles y San Carlos llegara, un ascenso cargado de curvas que él se sabe de memoria y donde impuso su autoridad.
En la otra acera, el Coopenae-Movistar-Economy ayer sí jugó a la marca, mantuvo de cerca a cuanto chancero divisó pero falló aparatosamente en el pulso directo contra el gran rival a vencer.
Gancho al ego. Para cuando Juan Carlos Rojas alzó vuelo lejos del cobijo del pelotón solo se llevó como escudero a Elías Vega, mientras que Coopenae respondió de inmediato con Henry Raabe y José Adrián Bonilla, pues Gregory Brenes, el otro capo azul, se quedó vigilando al líder José Vega.
Era el primer baile en la montaña que ofrecía esta edición 49 del giro tico y una combinación que paralizó a la caravana: se trataba del primer pulso entre los favoritos.
La lucha, que parecía iba a ser demasiado cerrada acabó en un monólogo chancero, una pelea desigual que evidenció la superioridad del retador y la impotencia palpable del retador.
Ni Raabe ni Champulón tuvieron las piernas para responderle al Rey y se conformaron con tratar de minimizar el golpe, una sacudida que redondeó los dos minutos en la clasificación de una Vuelta que no ofrece demasiadas oportunidades como estas para sacar diferencias.
Fue además un mensaje de plenitud por parte de la Junta, que había demostrado que va bien por lo plano con José Vega y que respondió con dureza al anuncio de Coopenae de atacar en la montaña.
Así, con un cierre impensado, se cerró una etapa que empezó con el pie izquierdo y que perdió 24 kilómetros producto del mal estado de las calles en Guápiles, pero que finalmente se convirtió en la más emocionante de las tres que hasta ahora cuenta esta edición.
Mañana la Vuelta a Costa Rica viajará de Chachagua a Liberia, serán 156 kilómetros con un premio de montaña de cuarta categoría y dos metas volantes: otra fórmula para los velocistas.