Tokio, Japón. Naru Hamano es menudita, bajita y tiene toda la pinta de ser la abuela más chineadora de esta ciudad: pasa los 80 años de edad.
Sin embargo, el significado del dicho “las apariencias engañan” queda perfectamente explicado con ella: es la encargada del gimnasio Teiken, cuartel general de Bryan Tiquito Vásquez en Tokio.
Sesenta años de su vida los ha pasado en estas paredes, entre vendas, linimento, sudor y golpes. En este gimnasio, que se fundó en 1925, ella manda.
Propiedad de Akihiro Honda, es un “establo” (como se dice en el argot del boxeo) que sabe producir campeones, como las leyendas del pugilismo nipón Masao Oba y Jiro Watanabe.
De hecho, junto a Tiquito se entrenaba el viernes Takahiro Aoh, excampeón mundial superpluma de la CMB y a q uien todo Japón quería ver ante Takashi Uchiyama, hasta que el puño de un rival dijo otra cosa.
En este gimnasio, de acuerdo con lo que explicó Mario Vega, manejador de Vásquez, campeón mundial interino de los superplumas, les dieron todas las facilidades para la recta final de la preparación de su protegido.
“Mire, nos han tratado como reyes, nos han dado todo lo que hemos necesitado, todo lo que hemos pedido”, comentó Vega.
De hecho, agrega el manejador, todos los de este gimnasio están del lado de Tiquito, ya que, según le comentaron, hay rivalidad con el señor Watanabe, promotor de la cartelera del lunes. “Acá todos van con Tiquito”, dijo Vega.
Este gimnasio vivió un hecho inédito el martes pasado: Hanna Gabriel se convirtió en la primera mujer en entrenarse en el Teiken en su historia.