NUEVA YORK. AP-. El quinto juego de la Serie Mundial transcurría pasada la medianoche, cuando Christian Colón y Jarrod Dyson se encontraron en la jaula de bateo detrás de la cueva del equipo visitante. Los dos suplentes de los Reales de Kansas City iban a dejar de ser meros espectadores.
Colón, el infielder puertorriqueño que no había jugado en lo absoluto en toda la postemporada, respondió al aparecer por primera vez con un sencillo como emergente. El hit quebró el empate en el inning 12 y los Reales vencieron 7-2 a los Mets de Nueva York para sentenciar el Clásico de Otoño, en un partido que hasta la novena entrada perdían por 2-0.
“No estoy bromeando” , contó Colón. “ Lo estaba intuyendo, me lo imaginaba. Cuando estaba en la jaula le dije a Dyson: ‘Oye, tengo el presentimiento de que voy a batear contigo en tercera base’. Y así fue, dos minutos después, Dyson en tercera. Qué locura” .
Era la oportunidad que había esperado tanto tiempo. Después de ser escogido por los Reales en el cuarto turno general del draft del 2010, la carrera de Colón se ha tardado en despegar. Mientras jugadores como Bryce Harper, Manny Machado y Matt Harvey, tomados entre los diez primeros de ese draft , ya son figuras, el boricua de 26 años estaba atascado.
No había jugado desde el 4 de octubre, en la jornada final de la temporada regular.
Pese a estar en el roster de 25 jugadores de los Reales durante la postemporada, Colón no entró en ningún juego. Era más conocido por ser el traductor en conferencias de prensa de Yordano Ventura, el pitcher dominicano de los Reales.
Pero los Reales sabían que Colón iba a aportar en un momento clave. “Teníamos esa seguridad porque es un pelotero que maneja los fundamentos, era el individuo perfecto para esa situación”, dijo George Brett, miembro del Salón de la Fama y ejecutivo del equipo.
Colón bateó en vez del pitcher Luke Hochevar. Empalmó un sencillo entre el jardín izquierdo y el central ante Addison Reed. También anotó en lo que fue un racimo de cinco carreras que acabó de sellar la conquista del primer campeonato de los Reales en 30 años.