José Luis Molina, el mejor representante del atletismo nacional, nunca pensó en este deporte. El mismo confiesa que fue por casualidad, en 1985, cuando un amigo lo impulsó a correr.
Incluso, su hermano Róger corría algunas veces en competencias escolares en Alfaro Ruiz de Zarcero, pero eso no lo motivó a seguir en el deporte que hoy domina.
Durante un tiempo se inclinó por las artes marciales y el boxeo. Sin embargo, diez años después de haber iniciado por medio de una apuesta su carrera como atleta, Molina se levanta como el mejor fondista del país.
-¿A qué atribuye el éxito que ha tenido?
-Al esfuerzo propio. Aquí en Costa Rica, en este deporte, lo que uno hace es por trabajo propio pues no cuenta con ayuda del Gobierno, solo de algunas empresas privadas y sus patrocinios.
-Usted es uno de los mejores atletas hoy por hoy.
-Esto en parte es cuestión de voluntad. Es lastimoso que en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo, recién pasado, solo se haya conseguido una medalla y todo por falta de una pista sintética en Costa Rica. Somos el único país de Centroamérica que no tiene este tipo de campo de entrenamiento. De existir, beneficiaría sobre todo a las especialidades de veolocidad y medio fondo.
-¿Cómo nació su afición por este deporte?
-Simplemente por ganas de hacer ejercicio, pues nunca había pensado en correr. En 1985, un amigo me hizo un reto de ir a una carrera de 21 kilómetros, en las fiestas patronales de Alfaro Ruiz de Zarcero, y desde ese momento seguí corriendo.
-¿Cuál es su filosofía del deporte?
-Para mí, el deporte es algo en donde lo principal es la disciplina y el esfuerzo. No se hace nada con el talento o las facilidades que a uno le den, si no se tiene estos ingredientes.
-¿Cuál es su rutina de entrenamiento?
-Hago una rutina fuerte en dos sesiones diarias, aunque el miércoles pasado inicié un nuevo entrenamiento para la Maratón de Chicago, que será el 29 de octubre. Normalmente me preparo entre dos y media y tres horas y media diarias, divididas en dos sesiones. Por ejemplo, en la mañana hago entre 15 y 25 kilómetros y por la tarde diez o doce, dependiendo del objetivo. El 75% de la veces lo hago en Rancho Redondo.
-Muchas veces se ha dicho que un atleta de alta calidad no puede entrenar en Costa Rica.
-Aquí no todos se preocupan por entrenar en climas ideales, tal vez mi rendimiento se deba a eso. Yo vivo a 1.400 metros de altura y entreno en Rancho Redondo, a 2.200 metros. A mediados de agosto voy a entrenar en Toluca, México, porque quiero buscar más altura para prepararme con miras al Maratón de Chicago.
-¿Cuál es el nivel del atletismo costarricense?
-En nuestro país hay grandes talentos, pero muchas veces, por falta de apoyo, se estancan o se pierden. En otros casos los dirigen mal o si no las críticas hacen que el atleta baje.
-¿Y el mejor momento de su carrera?
-Uno de los mejores fue la clasificación para los Juegos Olímpicos de Barcelona. También cuando gané la carrera internacional de Río Cali en Colombia y cuando he triunfado en otros países, porque uno está solo pero recibe apoyo de desconocidos.
-¿Su futuro inmediato?
-El 13 de agosto compito en Puerto Rico, en los 25 kilómetros internacionales del Sultán que tiene un premio de 3.000 dólares al primer lugar. Luego, me voy para México dos meses y medio a entrenar con el equipo olímpico de allá y el 29 de octubre estaré en Chicago.
Pero su gran meta, la razón de su preparación, la culminación de esta curva ascendente estará en Atlanta 96, en el centenario de los Juegos Olímpicos. No hay duda.