Los Cavaliers de Cleveland demostraron una vez más su poderío en los playoffs.
Si no era suficiente una segunda victoria en casa de los Celtics de Boston, el equipo de Ohio se encargó de humilarlos con un contudente 130-86.
Con ese resultado, los Cavs lideran 2-0 la final de la Conferencia del Este, un panorama inmejorable, sobre todo tomando en cuenta que ahora la serie se traslada al Quicken Loans Arena.
Nadie dudaba de la capacidad de este equipo liderado por LeBron James. Las apuestas estaban de su lado, pero el paseo que se dio este viernes en el TD Garden sí fue sorpresivo.
Los Cavaliers tuvieron su primer acierto al eliminar la ofensiva de su rival, sobre todo la del 'pequeño' Isaiah Thomas, quien en 17 minutos solo aportó dos puntos.
La figura de los Celtics actuó poco tiempo por una lesión que le obligó a dejar la cancha. De igual forma su equipo ya no daba señales de vida.
Boston tan solo resistió los primeros minutos del partido, pero al final del cuarto inicial ya perdía por 14 puntos.
Esa desventaja era manejable, pero lo peor lo vivió en el segundo periodo. Ahí LeBron James y compañía anotaron 40 unidades contra un pobre registro de 13 de los Celtics.
Los equipos se fueron al descanso y el juego ya estaba resuelto. El marcador de 72-31 dejaba caras de incertidumbre en el banquillo local, mientras que reforzaba el favoritismo de los Cavaliers.
Según datos del estadígrafo español Míster Chip, Cleveland alcanzó la mayor diferencia al medio tiempo de un visitante en toda la historia de la NBA.
Los dos cuartos restantes mantuvieron la tónica, unos Celtics desanimados y su verdugo sin piedad.
Esa victoria también permitió anotar otra marca en la historia de este deporte: los Cavs se anotaron 13 triunfos consecutivos en la fase de playoff, cantidad que solo habían conseguido Los Lakers de Los Ángeles, en 1989.
El tercer juego será este domingo, a las 6:30 p. m..