En 1965, Carlos Mora recogía pelotas en la primera edición de la Copa del Café y jamás se imaginaría que 49 años más tarde estaría aún ligado a ese torneo y que esas pequeñas esferas amarillas seguirían en el centro de su vida.
Hoy esas pelotas ni siquiera llegarían al campo si no fuera por él, ya que es parte del comité organizador del torneo.
Este es su cuarto rol en la Copa del Café, ya que después de su experiencia como juntabolas, representó al país como jugador y luego vivió la neutralidad del deporte como árbitro del torneo.
“Disfrute mucho jugador y soy muy competitivo; además, esa etapa fue la antesala de todo lo que soy ahora”, dice Mora.
Tras su participación como jugador en 1970 se quedó como empleado del Costa Rica Country Club en Escazú, lugar donde se juega la Copa.
Dentro de la cancha recuerda más su partida contra quien sería figura del tenis del mundo, Guillermo Vilas.
Ya el argentino era el número uno del mundo junior y su destacaba por ser innovador y sorpresivo, pero el tico no le tuvo miedo y el primer set finalizó con un 7-5. El cansancio evitó que Mora mantuviera su nivel, y perdió 6-0 en pocos minutos.
“Después del juego el papá de Vilas se me acercó a decirme que por qué no me iba con ellos a Europa a jugar; yo les dije que no podía, porque no tenía los recursos”, recuerda este apasionado del tenis.
Tras tres años como jugador, su edad ya no le permitía seguir participando y aunque admite que eso le golpeó, también le ayudó a ver que cuando una puerta se cierra otra se abre.
“Me afectó porque seguía viendo la Copa, pero ahora era como árbitro. Había terminado una etapa de mi vida, pero después me di cuenta que era solo el fin de un ciclo”, admite.
En sus años como árbitro dice que aprendió bastante sobre el juego y los jugadores, Celebra que en muy pocas ocasiones tuvo problemas.
Vive su nueva y última etapa como parte de la organización, que le ha permitido conocer jugadores de clase mundial que después se convierten en las estrellas del tenis.
Una de esas experiencias fue con el argentino Juan Martín del Potro, a quien conoció durante el torneo en el 2005.
“Él (Del Potro) regresó después para otro torneo en Costa Rica y como el no tenía muchos recursos me buscó para que yo le buscará algún hotel barato”, expresa Mora.
Todos estos factores hacen que para este profesor de tenis y encargado del departamento de tenis del Country, la Copa del Café sea parte esencial de su vida: la espera más que su cumpleaños o cualquier otra fiesta.
“Yo le he dado lo mejor que he podido a este torneo en todas las posiciones en las que estuve, y así seguiré hasta que Dios y la organización me lo permita”, prometió Mora.