Un rápido examen al roster que los Medias Rojas presentaron para iniciar la temporada hacía del equipo el favorito para ocupar el sótano de la División Este de la Americana.
Sin embargo, avanzó más de un octavo de la campaña y Boston se mantiene dominante, al tope de su división y con el mejor récord de todas las Grandes Ligas.
¿Cómo pasó eso?
El mejor fichaje que hicieron las Medias Rojas en la temporada baja fue el manager, John Farrell, un viejo conocido de la casa quien ya había sido coach de lanzadores en la organización por cuatro años.
Farrel estuvo dos años al frente de los Azulejos y dejó buenas sensaciones, pese a que no logró acceder a los play-off.
De manera que él era la elección adecuada para calmar las aguas después de la agitación producida por Bobby Valentine y los pleitos en el camerino.
Otra excelente decisión fue deshacerse de los peloteros que agriaron la tranquilidad del equipo.
En eso el mejor aliado de Boston fueron los Dodgers, que recibieron a jugadores igual de talentosos y polémicos como Adrián González, Josh Beckett y Carl Crawford.
Aún así la apuesta era que las Medias Rojas repitieran en el último escaño de la División Este.
Encontrar la química. También fue que nadie le dio mucho crédito a las contrataciones de Boston.
Mike Napoli llegó y mantiene el nivel del gran jugador que conquistó dos banderines de la Americana con los Rangers.
Con 31 carreras impulsadas, Napoli lidera una alineación de bateo que se ha calentado y es segunda en carreras anotadas, tercera en porcentaje de bateo y la mejor en porcentaje de embasamiento.
Esa ofensiva ardiente es lo que ha ayudado a tapar las claras falencias de un bullpen corto.
Clay Buchholz se luce y acumula seis victorias en igual número de visitas a la lomita.
Además, Jon Lester (cuatro victorias) está en esos inicios de campaña en los que parece ser la estrella que todo mundo espera y Ryan Dempster no desentona.
Falta muchísima temporada y muchos partidos a muerte contra Yanquis, Azulejos, Orioles y Rays, así que es pronto para esperar a Boston en postemporada.
Pero nadie negará que este es un inicio halagador en la reconstrucción de una de las instituciones más grandes del beisbol.