Florencia, San Carlos.
Con una camisa que le llega abajo de las rodillas, pues no habían de su talla, y los dientes de leche sin haberse caído, la pequeña Marina Guevara se convirtió en la ajedrecista más joven que participa en los Juegos Nacionales Zona Norte 2015.
Sin siquiera llegar los pies al piso, esta niña compite con el equipo de Goicoechea, en el que Bernal González, el Gran Maestro internacional, guía sus pasos.
"Marina es una niña muy talentosa a la que estamos preparando poco a poco para representar a Costa Rica en torneos internacionales, hace poco estuvo en Colombia en un torneo de la edad de ella", comentó González.
La precocidad de Marina, vecina de Santo Domingo de Heredia e hija de Róger Guevara y Marixel Cornejo, es notoria al tomar en cuenta que apenas con cuatro años ya jugaba ajedrez.
Según su madre, fue por influencia de su hermano Gabriel, de 10 años, que la pequeña quiso empezar a mover peones y alfiles.
"El profesor (Ramírez) dice que ella ya tiene su nivel, ella tiene poco de estar jugando, como año y medio, pero tiene su talento", expresó orgullosa.
La madre añadió que Marina es subcampeona nacional en la categoría Sub 8 y que el sábado, en la primera jornada de la disciplina en estos Juegos, obtuvo medalla de bronce por equipos en la modalidad de ajedrez rápido.
Mientras su mamá hablaba, la pequeña ajedrecista observaba curiosa la grabadora, para luego quitarse la enorme camisa del equipo de Goicoechea hecha para muchachas de 18 años, no para ella.
"Estoy muy feliz, esta es la primera vez que vengo, no me puse nerviosa", dijo escuetamente con la timidez de su tierna edad.
"Perdí, pero no estoy triste, estoy alegre de jugar y tener mis oportunidades... me gusta el ajedrez porque mi hermano empezó y ví que se sentía muy chiva, entonces le dije a mis papás que me metieran", añadió.
Según Bernal González, la inclusión de Marina en los Juegos no es solo por su talento, sino porque así irá rozandose con gente grande y aprendiendo pese a las "obvias" derrotas con muchachas de hasta 20 años.
González indicó que el ajedrez es una buena herramienta pedagógica para el desarrollo intelectual y sicológico del menor, y, si le gusta, entonces se inicia un proceso como el de Marina.
Es por esto que ella, aún con sus dientes de leche, ya comenzó a mover peones en los Juegos Nacionales.