Londres. EFE Dos viejos enemigos íntimos en busca de un puesto en semifinales. La selección de Argentina venció a su similar de Brasil por 77-82, en los cuartos de final del torneo olímpico de baloncesto.
El triunfo permite que los albicelestes consigan un lugar en las semifinales, al tiempo que acaba con las aspiraciones de su máximo rival suramericano.
La presencia del argentino Pablo Prigioni en la cancha, tras sufrir un cólico nefrítico, habla de la importancia del enfrentamiento.
La gloria de luchar por las preseas para el vencedor, y el regreso a casa para el perdedor, era lo que estaba en juego.
En los primeros veinte minutos, ambos decidieron jugar al ataque, con gran preponderancia sobre las defensas rivales.
La pizarra del primer cuarto indicaba 26-23, a favor de Brasil; pero, Argentina dio vuelta y para el descanso ganaba 40-46.
En Brasil sobresalió la dirección y el poder anotador de Marcelino, con 17 puntos en la primera parte.
Argentina destacó por su tremenda efectividad, un 74% en tiros de dos (14 de 19) y un 38% en triples (5 de 13) .
El paso por los vestuarios enfrió la fiebre anotadora de los dos equipos, que tardaron casi dos minutos en hacer que el marcador cambiara de dígitos.
Dominio albiceleste. Fue Argentina quien rompió de nuevo las hostilidades y alcanzó la primera ventaja considerable, 44-54, con Luis Scola y Manu Ginobili como figuras.
Brasil intentó recomponerse, apretó en defensa y su marcador no se alteró durante dos minutos, algo por demás insólito.
Las rotaciones y los nervios comenzaron a tener un mayor protagonismo.
El balón ya no circuló con tanta fluidez y los puntos comenzaron a escasear con un parcial de 2-3 en cuatro minutos.
Argentina siguió anotando y los verdeamarelos atravesaron en los momentos finales del tercer cuarto por su situación más crítica.
Brasil presentaba serias dificultades en defensa, ante una selección de Argentina, muy certera en el lanzamiento.
Ruben Magnano, argentino de nacionalidad, pero entrenador de Brasil, comenzó a mover el banquillo en busca de soluciones para frenar a los albicelestes , con los que se proclamó campeón olímpico en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
La pizarra, al termino del tercer cuarto, indicaba 54-64, favorable a los argentinos.
En el última cuarto, entró en juego la experiencia argentina para suplir la carencia de rotaciones y frescura física.
Con Prigioni al mando de las operaciones, Argentina comenzó a alargar los ataques de su rival con una defensa más pegajosa, al tiempo que mantuvo el marcador con un intercambio de canastas favorable a sus intereses.
Brasil, que empezó a acusar su ausencia de 16 años de unos Juegos Olímpicos, siguió bregando para hallar su oportunidad, que llegó a falta de cuatro minutos y medio, cuando se acercó a dos puntos.
Fue lo más cerca que estuvo Brasil de poder luchar por pisar el podio olímpico. Argentina reaccionó de inmediato y recuperó la ventaja hasta un 68-74 y el nerviosismo brasileño hizo el resto.
Los jugadores de Magnano rompieron un poco la disciplina del equipo e intentaron resolver con prisa en ataque. Entonces Argentina dominó la situación a su antojo hasta terminar ganando por 77-82.
Ahora sigue el Dream Team .