Una delegación de 42 costarricenses viajará a Holanda para competir en el Mundial de Triatlón a realizarse del 14 al 17 de setiembre.
El grupo de atletas disputará la modalidad por edades, la cual agrupa a los mejores triatletas del mundo, para una solo competición en la que pelearán por dejarse el título mundial en sus distintos rangos, con grupos etarios que van desde los 16 años en adelante.
En esta modalidad todos los participantes compiten en un solo evento; sin embargo, aparte de la clasificación general al final de la contienda, también las posiciones se separa en categorías que se dividen por las edades de los contendientes.
La Unión Internacional de Triatlón cada año le brinda a la federación un número de campos para que envíe una representación a este evento y dichos espacios ya fueron designados. Para avanzar al certamen mundialista, los atletas debieron clasificarse en la Copa Continental realizada el pasado mes de marzo en playa Hermosa, Guanacaste.
Los mejores tiempos de las distintas categorías se ganaron un cupo para la justa a realizarse en Rótterdam y verán acción el próximo 17 de setiembre en el cierre del Campeonato Mundial de Triatlón.
De los clasificados, 23 competirán en la modalidad Olímpica de 1.500 metros nadando, 40 km en bicicleta y 10 km de carrera; 19 lo harán en la Sprint con 750 metros de nado, 20 km de pedaleo y 5 km de carrera.
La Federación Unida de Triatlón (Feutri), máximo ente costarricense en la disciplina, se encarga de avalar a los triatletas y de organizarlos para la justa mundial; sin embargo, los propios atletas deben asumir los costos del viaje, tanto pasajes, estadía e inscripción.
La historia de los triatletas. Ninguno de los deportistas se desenvuelve en el triatlón a nivel profesional, por lo que deben adaptar la práctica de este deporte a sus oficios y buscar la manera de financiar su oportunidad de competir en un mundial. Tal es el caso de Germán Solís, quien se clasificó con el segundo mejor tiempo en la competencia de Guanacaste.
Para el atleta, llegar a este deporte fue una casualidad. El entrenador de un pequeño grupo formado en Pavas de Alajuela lo invitó a unirse, accedió a intentarlo y de ahí en adelante se enamoró de la disciplina, tanto así que metió a sus hermanos en esta práctica.
“Fue una casualidad que llegara al triatlón, fue una invitación que me hicieron a un grupo que se formaba en Pavas de Alajuela, accedí para conocer la disciplina y ahí me quedé. Empecé compitiendo en Juegos Nacionales y fui creciendo gracias al trabajo y al esfuerzo. Incluso, gracias a eso mis hermanos se interesaron y entraron en el deporte”.
Raquel Solís, Jean Carlo Solís y él han formado una buena mancuerna para apoyarse e ir alcanzado logros, algo que les ha dado frutos pues Raquel está clasificada al mundial junior y los hermanos van para suelo holandés con unos de los mejores tiempos.
Lea: Raquel Solís, la esperanza tica para iniciar un proceso olímpico en triatlón
Germán Solís es ingeniero en sistemas y su pasión por el triatlón lo llevó a dividir su tiempo entre el trabajo y el deporte. Además, debe preocuparse por el costo del viaje que emprenderá en setiembre.
“Es cuestión de disciplina lograr trabajar y entrenar. En la mañana temprano entreno, luego trabajo durante el día y en la tarde hago mi segundo entrenamiento, eso es cosa de todos los días. Desde que me clasifiqué hablé con mi entrenadora Carolina Mora para enfocar los trabajos para el Mundial y llegar a tope”.
“El año pasado había clasificado, pero por situaciones económicas no pude ir, por lo que para este año ahorré, he hecho varias rifas y con lo que gano por mi trabajo he logrado poco a poco juntar todos los recursos y ya lo logré”.
Esta sería la primera experiencia del atleta fuera del país y se ilusiona pues le servirá como su primer parámetro internacional, así que está convencido que dará todo para pelear con los grandes triatletas del mundo y como él lo dice, “pegarles el susto” para meterse de lleno en la categoría élite en Costa Rica.
Gloriana Fonseca fue la mejor mujer clasificada para la justa mundial y se declara amante de los deportes. Su camino dentro del triatlón ha tenido altibajos, pero eso le ha dado fuerza para crecer en el deporte y como persona.
“Mi deporte era el baloncesto, pero a los 10 años mi mejor amiga, María Laura Céspedes, me fue metiendo poco a poco en el triatlón, hacíamos todo juntas y me enamoré del deporte. Fui a Juegos Nacionales con Heredia y a Juegos Centroamericanos Estudiantiles. Todo iba de maravilla pero cuando tenía 17 años mi amiga murió y fue un golpe muy duro para mí”.
Fonseca afrontó su primera difícil situación sin saber que poco tiempo después tendría que pasar por un momento en que el retiro pasó por su mente.
“Había la oportunidad de ir a un mundial junior, ir a un campamento en Hungría para luego ir a Alemania, donde era el Mundial, todo estaba listo pero la federación decidió no llevarme, ahí pensé en retirarme del deporte pero seguí. También hace unos años un accidente me alejó año y medio de la competencia, pero cuando me recuperé, sin entrenar competí en un evento en Quepos, lo gané de una manera como nunca lo había hecho, mi mejor tiempo, pero por cuestiones de reglamento me descalificaron y esa fue la primera vez que lloré por este deporte”.
Pese a esos obstáculos, los ha sabido afrontar y en el 2016 ganó todas las competencias que disputó hasta ser campeona nacional, consiguió el patrocinio de Grupo Sardimar y gracias a eso llegó a disputar la competencia de playa Hermosa que le dio esta clasificación al Mundial.
“Llegué con gripe a la competencia pero eso no me detuvo, saqué el evento a puro colmillo, le di duro en la bicicleta y cuando me di cuenta, estaba en punta de carrera. Faltando un kilómetro definí la carrera. Fue algo espectacular, pensar en todo por lo que he pasado y ver lo que pude lograr, es una satisfacción muy grande”.
Ahora Fonseca se enfoca en el Mundial de Holanda, tanto en su preparación previa al evento, como en la manera de cubrir los gastos por su cuenta.
“En cuanto a lo económico, saqué unos ahorros, también tuve que hacer unos recortes en mis gastos y estoy trabajando horas extras para ganar un poco más, pero esto perjudica mis horas de entrenamiento. Ahora duermo muy poco, mis días empiezan a las 5 am y a las 10 de la noche termino de entrenar, aprovecho los fines de semana para entrenar más pero es una rutina muy cansada”.
Pese a esto, la ilusión es muy grande por parte de la atleta al ser su primer Campeonato Mundial, espera cumplir el sueño que tiene desde que inició en este deporte y darlo todo por su mejor amiga, quien la acercó a esta que es su pasión.
“Es mi primer mundial, espero dar todo porque es un sueño hecho realidad, esto lo logré por mí misma y va a ser lo mejor que me puede pasar, solo tengo que concentrarme. Siento que todavía puedo dar más en este deporte y en el futuro representar a Costa Rica en élite".
Otro de los atletas que viajarán a Holanda es Sebastián Marín, uno de los más jóvenes del grupo con 17 años, a quien poco a poco le ha tocado acomodarse al hecho de combinar estudios con el deporte, teniendo que sacrificar descanso y salidas con amigos para entrenarse. Lo sorprendente es que con apenas un año en el deporte se ha destacado en las competencias.
Sebas siempre estuvo ligado al deporte porque pertenecía al proyecto de ligas menos de fútbol en Sarchí; sin embargo, al cerrarse este espacio en el cantón su mamá lo impulsó a practicar otra disciplina. Siempre le pareció llamativo el triatlón pero nunca lo había practicado, fue entonces cuando se decidió a meterse de lleno a esta alternativa.
“Le dije al profesor de educación física que me entrenara, pero me dijo que le diera unos días para informarse mejor porque no lo conocía del todo. A la semana me empezó a entrenar y cuando me di cuenta estaba inscrito en Juegos Nacionales sin tener alguna experiencia”.
Gracias a esto se le acercó un entrenador avalado por la federación y es quién lo ha impulsado en esta disciplina. Tuvo competencias previas en Manzanillo y Quepos, llegó a la de playa Hermosa sabiendo que existía la posibilidad de clasificar a un mundial; sin embargo, nunca se imaginó quedar dentro de la selecta lista de atletas.
“Me sorprendí, sorprendí a mi entrenador y sorprendí a mis padres, después de analizarlo decidimos que iba a ir. Lo pensamos mucho porque estoy en quinto, ha sido un cambio muy drástico, estuve a punto de cambiar de colegio, me ha costado acomodarme al estudio y los entrenamientos, pero he aprendido a acomodarme”.
El joven atleta reconoce que en su cantón es complicado entrenar; sin embargo, eso no lo detiene para preparase y llegar a nivel a su primera competencia internacional.
“En Sarchí es complicado entrenar porque la piscina no siempre está disponible y no hay pista de atletismo, pero normalmente voy a entrenar a Naranjo, antes del colegio nado y en la tarde corro o pedaleo, a veces en exámenes no puedo pero intento siempre reponer las sesiones. Reconozco que el cansancio me gana, pero trato de reponer energía con sueños”.
Marín tiene muchas expectativas de esta nueva experiencia que está pronto de afrontar y la meta es convertirse en un atleta élite y representar a Costa Rica en la categoría mayor.