EscucharCiudad Cortés (zona sur). Después de seis juegos en casa, la cancha del estadio de Ciudad Cortés continúa como un territorio inexpugnable. Allí los invitados deben luchar contra los rigores de un sol que aplaca los ánimos y una gramilla donde se hunden los pies.
Ayer, la víctima de esa arma extra de Osa fue el Herediano, que falló en su intento de arrebatar a los pupilos de Juan Luis Hernández el invicto que ostentan en su territorio desde que arrancó el presente torneo.
Sin esperar al tradicional período de ensayo y error, Osa se volcó de inmediato sobre la zona baja florense con piques a fondo de Dónald Santamaría y Erick Matarrita, quienes se adueñaron de las bandas.
La propuesta local encontró apoyo en Rónald Vega y Cristian Portilla, quienes empalmaban los balones enviados por los carrileros.
En el minuto 10, cuando el portero rojiamarillo, Léster Morgan, estaba prácticamente vencido, Santamaría mandó una pelota a Vega para que el ariete la pegara con furia, mas el disparo salió junto al palo izquierdo.
Dos claras oportunidades más de Róger El Policía Gómez (15í) y de Matarrita, cuatro más minutos más tarde, certificaron que los hombres de Osa iban a aplicar la metralla como su principal mandamiento.
Ante el asfixiante encierro, la mano de Odir Jacques comenzó a mover los hilos. Y cambió el libreto. La primera variante llegó cuando Rodrigo Cordero pasó de un típico creativo para sumar en la defensa.
Frente a los problemas de Austin Berry para contener a Vega, el estratega florense atinó a poblar la zaga. Así, el aporte de Leonardo González fue vital para auxiliar a Berry en el sector derecho.
Las modificaciones del libreto de Jacques tuvieron efectos contradictorios.
Herediano perdió capacidad en la zona delantera, donde Marcos Hernández y José Luis López navegaron en total orfandad del resto de sus compañeros.
Mas, también el esquema de Odir evitó que los oseños sorprendieran con el contragolpe, una arma letal de los hombres de Juan Luis Hernández, que suele dar buenos resultados en momentos claves.
La propuesta de Juan Luis intentó redoblar hombres y posibilidades en la ofensiva, solo que estos se excedieron en "un pase más", al plantear situaciones de gol que exigían el remate directosobre el amague, que dejó al fin de cuentas los guarismos en cero.
