Verónica Valverde es de baja estatura y tiene apenas 20 años, pero su presencia en el CTCC llama la atención.
La joven estudiante de Mecatrónica es la única mujer que compite en el campeonato más importante del automovilismo nacional, y lo hace junto a otros 14 pilotos costarricenses.
Sin duda Valverde rompe con la regla, y aunque para ella eso pasa desapercibido, pues asegura que las diferencias con sus colegas no existen, la afición le reconoce su valentía.
“En pista todos somos iguales, siempre he estado acostumbrada a correr con hombres entonces no pasa nada. A todos los conozco desde hace unos años, por lo que el trato es igual. A la gente sí le impresiona un poco”, comentó Valverde.
La vecina de La Guácima de Alajuela admite que desde la primera fecha ha sentido el respaldo del público.
“Es bonito que apoyen a la única mujer y a todos los de la escudería Great Wall”, agregó.
Los primeros pasos de Valverde en el mundo de motores empezó con el kartismo. Después pasó a manejar carros fórmula, por lo que el CTCC es su primera experiencia con automóviles Gran Turismo (GT).
“Es totalmente otra cosa; en kartismo y fórmula los carros son muy livianos. Es parte de acostumbrarse también a la potencia, que es muchísimo mayor”, añadió.
Verónica puede llegar a alcanzar una velocidad de 190 kilómetros por hora en la recta más larga del Circuito Sur, algo que, afirma, la llena de adrenalina.
“Uno solo piensa en meter el acelerador a fondo y darle bien duro, es muy emocionante. La potencia de estos autos es increíble; uno siente cuando el mismo carro lo tira a uno hacia atrás”.
La afición de Valverde no es de herencia, pues no tiene parentesco con los hermanos Roy y Emilio Valverde, aunque algunos lo crean. Al contrario, Verónica es la única de su familia que se ha dedicado a este deporte.
“Todo empezó por diversión, y aunque me sigo divirtiendo, ya es de una manera más seria. Mi familia siempre viene a verme y siempre me han apoyado”.