Los Mets de Nueva York y los Reales de Kansas City, finalistas en el Clásico de Otoño del béisbol de Grandes Ligas, tienen más en común de lo que muchos se imaginan.
De la gloria de los años 80 pasaron a los malos momentos en la década de los 90 y apenas resurgieron en el siglo XXI, para iniciar la Serie Mundial el próximo martes 27 de octubre.
Su camino ha estado lleno de espinas y mientras los neoyorquinos contaron con equipos poderosos que sin embargo fracasaron rotundamente, Kansas City empezó su reconstrucción apenas cinco años atrás, lo que le valió estar, por segundo año consecutivo, en la lucha por el ser el número uno del béisbol estadounidense.
Los Reales ganaron por última vez la Serie Mundial en 1985, cuando derrotaron a los Cardenales de San Luis 3-2 gracias al bateo oportuno de George Brett y el dominio desde el montículo de Bret Saberhagen, quien a la postre fue designado como el Jugador Más Valioso de la serie.
Kansas City fue el primer equipo que logró venir de una desventaja de dos juegos perdidos y recuperarse para ganar el campeonato.
Un año después, la gloria les tocó a los Metropolitanos cuando en 1986 vencieron, también 4-3, a los Medias Rojas de Boston y de paso lograron la misma hazaña que los Reales: venir con una desventaja de dos partidos para quedarse con el título.
Nueva York tuvo en Ray Knight a su gran figura, al ser decisivo en el sétimo partido luego de conectar un jonrón y anotar la carrera del campeonato, lo que valió ser el Jugador Más Valioso.
A Knight se le unió el poder de Darryl Strawberry. Para entonces un joven y destacado pitcher , Dwight Gooden, no logró ganar ninguno de los dos partidos en que tuvo participación.
Años de sequía. Desde entonces ambas novenas no volvieron a saborear las mieles del éxito y el campeonato se negó a regresar a sus vitrinas.
Pasaron 14 años para que los Mets volvieran a una Serie Mundial, pero para su frustración la perdieron ante sus vecinos, los Yanquis de Nueva 4-1.
Más tiempo tuvo que pasar para los Reales, pues debieron esperar 29 años para ser protagonistas en el Clásico de Otoño, aunque igual no tuvieron mayor fortuna y quedaron en la cuneta 4-3 ante los Gigantes de San Francisco, en el 2014.
Ambas organizaciones sumaron campañas mediocres, sin protagonismo y lejos de la pelea por el banderín, hasta hoy, pues están en la antesala del cetro, que sería el tercero para los Mets y el segundo para los Reales.