Diego Madrigal habla con tranquilad, él ya se acostumbró a extrañar el terreno de juego, a competir, a correr detrás de una balón por puntos y a no jugar con el Suphanburi F. C. de Tailandia.
Desde principios de junio, el exjugador de Alajuelense no actúa en un duelo por competencia. Madrigal revivió los cinco meses que han pasado en una entrevista con La Nación.
Todo comenzó gracias a un cambio de entrenador cerca del cierre del mercado de transferencias a mitad de año.
"Sin espacio de reacción se me comunicó que no querían contar conmigo. Hasta yo mismo me sorprendí porque no estaba haciendo mal mi juego. Yo quería saber una razón y busqué al entrenador, él me dijo que estaba contento con mi fútbol y que era solicitud de la directiva, pero en realidad yo sabía que había sido él... Resulta que con el tiempo me enteré que trajeron otro futbolista y resulta que era muy amigo del técnico y así vi cómo era la cosa", manifestó.
La tensión llegó al tico, quien comenzó en un estira y encoje con la directiva del plantel... Al final la luz nunca apareció.
El Suphanburi presionó al exmundialista de Egipto 2009 cuando lo mandó a entrenar con el equipo B, no obstante la acción solo empeoró la relación jugador-equipo.
"Siento que fue una injusticia, después de que se comunica que no me quieren recibí dos ofertas en Asia, pero ellos las rechazaron. A veces ni me dejaban entrenar, solo correr alrededor del campo. Yo decidí mantenerme acá por la parte económica, al final en eso me han cumplido bien", explicó.
Pese a lo vivido, el extremo es claro: "No me arrepiento y con la Liga (club que dejó para irse a Tailandia) solo tengo agradecimiento, mi problema ahí fue con un entrenador nada más". El futbolista ve la experiencia como aprendizaje.
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"He estado entrenando muy fuerte. En lo personal creo que esto no me afecta, porque vea el ejemplo de Bryan Ruiz, sin ritmo de competencia juega muy bien con la Selección Nacional, entonces yo soy del pensar de que esto es de cada quien y si usted tiene el talento pues ahí se mantendrá", señaló.
La pesadilla deportiva terminará para el tico el próximo 30 de noviembre, cuando ya sea un jugador libre.
Madrigal se encuentra dispuesto a escuchar ofertas y no descarta un regreso al balompié costarricense.
"Para enero quiero un club que me dé continuidad, que me dé ritmo y donde pueda ser protagonista, para así pelear para ir al Mundial. Sé que puede ser difícil, pero no imposible, con un buen semestre uno puede demostrar que puede ir, sé mis condiciones y las voy a demostrar para pelear por un campo", añadió.
El objetivo del tico es poder colocarse en una liga top del planeta; él es consciente de que en este punto tiene una deuda pendiente.
"Yo pienso en qué me falta y por qué no se dio el chance de ir a una liga de más renombre, en este momento no tengo una respuesta a esa pregunta, yo me he esforzado, he sido disciplinado... Tal vez en el momento que estaba más joven los agentes con los que estaba pues no tenían contactos, no sé... Al final el fútbol me ha dado mucho y todavía no se ha acabado", concluyó.
La vida de Diego en el país asiático
Sobre su experiencia viviendo en territorio asiático, el jugador recomienda Tailandia como un país para ir de turismo, no obstante al principio tuvo sus reservas.
La seguridad era un tema de conversación de Diego y sus familiares; la experiencia que tuvo José Luis Cordero en el pasado los preocupaba.
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A Chama le apuntaron con un arma en la cabeza cuando llegó a su hogar después de un entrenamiento.
Pero Madrigal no tuvo malas experiencias y al temor más grande que se enfrentó fue a manejar.
"Uno está acostumbrado a manejar del lado derecho y aquí es al izquierdo, también las escobillas y direccionales están invertidas, siempre ponía las escobillas en vez de las direccionales, viera que desorden se me hacía", recordó.
Diego tiene una hija pequeña, Catalina, quien llama la atención de los tailandeses siempre.
"Siempre que salimos con mi hija la gente se queda sorprendida, la gente buscaba alzarla, darle besos, al ser muy blanquita y de ojos redondos y grandes ella llama la atención. Hasta cierto punto eso me llegó a molestar porque es gente que usted no conoce que quiere alzar a su bebé", mencionó.