¿Cómo valora estos primeros meses en Francia?
Estar aquí es cumplir un sueño. Al pasar los días te das cuenta de muchísimas ventajas que en Costa Rica no existen, por ejemplo la organización de la Ligue 1 , equipamiento e instalaciones. Es tener a disposición diaria muchos elementos para mejorar.
¿Cómo considera que está su nivel?
Bien, pero sé que puedo mejorar; nunca he sido conformista. Llegué aquí para ocupar un puesto habitual dentro del once, objetivo que no he alcanzado, pero lejos de preocuparme me dedico a esforzarme. Incluso, aparte del trabajo que me asigna el equipo, estoy trabajando extra en reforzar puntos que identifiqué para alcanzar una mayor competitividad.
¿Qué opina de que aún no haya anotado en Francia?
Al ser atacante la falta de gol siempre da vueltas en la cabeza, pero tampoco me desvela, es decir, el equipo, y es precisamente un tema en el cual estamos trabajando, genera pocas ocasiones de peligro al marco contrario. En los juegos en que he participado me ha tocado desempeñarme más a la defensiva que en ofensiva. Analizando mis participaciones se puede observar que aún no me ha llegado un balón que me permita anotar. La clave, y lo sabemos, está en crear más oportunidades.
¿Siente mucha presión por no anotar todavía?
No, la presión solo sirve para desconcentrar, perder el rumbo. Gracias a Dios tengo los pies sobre la tierra y sé que con trabajo llegará ese momento.
¿Qué misión le encomienda el técnico cuando entra?
La misma que todo DT le da a un delantero, buscar espacios para hacer daño, sin embargo, y como ya le mencioné, el mismo juego que el equipo adopta nos hace retroceder a labores más defensivas. En lo que llevo de estar aquí solo me acuerdo de un partido en el que fuimos un poco ofensivos porque el rival fue permisivo en todas las líneas; desafortunadamente no se me tomó en cuenta.
¿Qué le dice Yeltsin?
Yeltsin me da mucho ánimo, reconoce mi trabajo y me anima a seguir con la misma rutina de esfuerzo porque ve que estoy alcanzando el nivel de los más adaptados al equipo. Verdaderamente ha sido una mano derecha por su cooperación en la adaptación a la ciudad, cultura, jugadores, cuerpo técnico, directivos y obviamente en el tema futbolístico.
¿Por qué le ha costado jugar?
No tengo una respuesta clara a esa pregunta. La barrera del idioma no me ha permitido dirigirme directamente al técnico, solo sé que él cuenta conmigo, cree en mí y reconoce ampliamente mi esfuerzo. Obviamente me gustaría jugar más, y él lo sabe, pero respeto sus decisiones.
¿Cree que la falta de ritmo le corte la oportunidad de la Sele ?
Sin duda jugar poco siempre pasa una factura, pero como dije, aquí existen recursos de sobra para poder mantenerse e incluso mejorar. Gracias a Dios me siento en óptimas condiciones.
¿En qué siente que ha mejorado desde que llegó allá?
He tenido que trabajar mucho en la paciencia, también he mejorado en mi fuerza, agilidad tanto física como mental, confianza e incluso, aunque no tengo el ritmo deseado, el nivel futbolístico.
¿Es un jugador más maduro desde su llegada a Francia?
Humildemente sí, así es. Y no solo como jugador, sino como persona, porque estar en un país extraño con la motivación del bienestar futuro de mi hija, novia, mamá, papá… en fin, aquellos que amo me hacen corregir, me dan paciencia y sobre todo perseverancia para alcanzar la meta.
¿Qué es lo que más extraña?
Mi hija , la comida de mi madre, el clima, amistades, ese Ricardo Saprissa a reventar (risas), pero de todo sin duda la familia es lo que más hace falta; nunca me había alejado tanto de ellos pero bueno, intento usar ese sentimiento como una motivación.
¿Cuál es la mejor experiencia que ha vivido en el Evian?
Viví un día muy divertido e inolvidable al subir al Mont Chéry, que está a 1.800 sobre el nivel del mar, allá arriba jugamos un cinco contra cinco muy divertido y pude observar extensiones de montañas nevadas increíbles.
¿Cuál es su expectativa? ¿Hay posibilidad de seguir 6 meses?
El técnico, como le dije, en lo poco que hemos hablado me ha demostrado su confianza en mis condiciones pero hasta ahí. Solo Dios sabe y controla mi destino. Quiero dejar todo en manos de él y que él sea quien decida qué es mejor para mí y mi familia.