Entre la obligación de ser local y el reconocerse superior, España no tiene espacio para fallar en este Campeonato del Mundo FIBA.
Los ibéricos estarán sujetos a la máxima exigencia desde el principio. Su ruta los lleva a enfrentar el grupo más duro, el A, donde Brasil, Francia y Serbia pondrán a prueba los atestados de favorito del equipo local.
Luego, lo más probable es que Argentina sea la prueba de fuego en las semifinales.
Para enfrentar todo eso, y pruebas aún más difíciles, el entrenador Juan Antonio Orenga tiene una lista de jugadores que combina de manera ideal la experiencia de los campeones mundiales de 2006 con el ímpetu de la nueva generación.
Los mayores son caracterizados por los gigantes hermanos Gasol, Pau y el menor Marc, sendas estrellas de la NBA llamadas a tener el dominio de la pintura en España y en todo el Mundial.
También se les sumará la fortaleza defensiva de Serge Ibaka, nacido en el Congo y jugador del Thunder de Oklahoma City.
Afuera se reunen los jóvenes. El que acapara más atención es Ricky Rubio, de los Timberwolves, un armador creado más para estas citas FIBA que para la NBA. Es de esos típicos bases que basan su trabajo en potenciar a los compañeros más que en crear espectáculo y puntos para si mismo.
De ahí vendrá la fortaleza española, la capacidad para rotar el balón y acercarse al aro para incrementar la efectividad. Juego de conjunto con aporte de grandes estrellas locales y de la NBA, sin duda, una excelente combinación.
También la ilusión de llegar al Palacio de Deportes de Madrid y levantar en casa la tan añorada Copa, la que sería su segunda.