Los Ángeles. Elegido en el puesto 13 de la selección de talentos de 1996 por los Charlotte Hornets, pero cambiado dos meses después a los Lakers, así empezó la historia de Kobe Bryan en Los Ángeles, una que se escribió con páginas doradas y que ayer llegó a su fin, tras un protagonismo absoluto de un jugador que ya es leyenda.
El partido de despedida de la Mamba Negra estuvo a la altura de un basquetbolista considerado como una versión rebelde de Michael Jordan y por ende de los mejores de la NBA.
A estadio lleno, siendo protagonista con 60 puntos en el triunfo 101 a 96 ante Utah y con un homenaje digno de quien ya es inmortal. Así fue el partido 1.566 del 24 que se robó los aplausos de muchos y también el odio de algunos.
Para el simple aficionado al baloncesto, los números dirán que Bryant se fue con cinco anillos de la NBA, 20 temporadas en la liga, una vez MVP del certamen regular, en el 2008, dos veces elegido como MVP de las Finales, en el 2009 y 2010.
Además, reflejarán que acaba su carrera con más de 48.500 minutos jugados (sexto en la historia); 33.570 puntos (tercero en el ranking ), incluidos los 81 que anotó el 22 de enero de 2006 contra los Raptors y las 24 ocasiones en que consiguió al menos 50 puntos en un partido.
Kobe no solo fue un asesino en la ofensiva, sino que nueve veces conformó en el quinteto defensivo del año, y 11 veces estuvo en el mejor quinteto de la NBA, estadísticas que no cubren realmente el espectro que deja el escolta.
Warrios son leyenda. Los Warriors también tuvieron su noche de leyenda, tras llegar a 73 victorias en la temporada y batir una marca que hasta esta temporada era casi descabellada tan siquiera igualar, aquella que establecieron los Chicago Bulls del mítico Michael Jordan en 1996, con 72-10.
La noche del miércoles 13 de marzo marcó el principio y fin de una época en la NBA.