El boxeo costarricense se bañó en oro con el triunfo de sus tres peleadoras ubicadas en las finales de esta disciplina.
Las costarricenses mostraron un nivel superior en técnica y velocidad, aspectos que las guiaron a la cima de los podios.
La senda de la victoria, para las ticas, la abrió Yokasta Valle en la categoría de 48 kilogramos.
Valle, de 20 años de edad, venció, por decisión de los jueces, a la guatemalteca Karla Galindo con una tarjeta global de 11 a 14.
“Ella (Galindo) era más fuerte, ahí fue donde pesó el trabajo de más de un año con mi entrenador para poder ganar”, comentó la josefina.
La segunda pelea, en la categoría de hasta 51 kilogramos, enfrentó a Paola Chinchilla con la panameña Nataly Delgado.
Cada uno de los cuatro rounds fue intenso entre las dos.
“El apoyo de la gente fue esencial para ganar esta pelea, en algunos momentos estuve contra las cuerdas pero supe salir adelante”, mencionó Chinchilla.
La presea dorada para la generaleña tiene un sabor a gloria, pues desde hace un año viaja tres horas diarias para poder entrenarse.
“Yo todos los días me trasladaba de Pérez Zeledón a Buenos Aires para poder entrenar, el sacrificio fue duro”, agregó la joven estudiante de agronomía.
Sangre de pugilista. Con ese preámbulo subió al cuadrilátero Wendy Aranda, hija del reconocido exboxeador, Humberto Aranda.
La tica se midió, en el apartado de 54 kilogramos, a Julia Canel, de Guatemala, y la despachó 23 a 8.
Desde el primer momento, Aranda recibió el aliento del público y ella respondió con una exhibición de talento.
La atleta tiene orgullo y eso que en el deporte llaman sangre; esos factores los demuestra en cada golpe que suelta contra su oponente.
Aranda fue más en todos los episodios y cada impacto que conectaba generó un griterío en el Liceo de Costa Rica, sede del evento.
“Gracias a Dios se cumplió con el objetivo, que era la medalla de oro”, comentó Aranda, quien agregó que la clave fue escuchar de su padre y, a la vez, entrenador
“Por dicha he aprendido a escuchar a mi esquina y seguir las indicaciones”, finalizó.
“Era una final con una boxeadora que se supo parar en el ring, vimos una gran calidad de boxeo y por dicha Wendy aprovechó sus cualidades”, expresó Humberto, el orgulloso padre.
Este fue el segundo combate entre la tica y la chapina, pues en octubre anterior habían peleado, también en Costa Rica, en el Campeonato Centroamericano de Boxeo.
En esa oportunidad la costarricense se dejó la pelea, también por decisión de los jueces.
Hoy, a partir de las 6 p. m., serán las finales masculinas.