La Universidad de Costa Rica dio a conocer que no le gira dinero al equipo de fútbol debido a una serie de anomalías en la auditoría presentada en el mes de noviembre.
La Vicerrectoría de Vida Estudiantil explicó que en los estados financieros auditados del periodo que comprende de junio del 2015 al 31 de mayo 2016, encontraron pérdida de facturas y de libros de actas, así como carencias en el respaldo físico de comprobantes de pago realizados por transferencias electrónicas y cheques.
Ruth de la Asunción Romero, vicerrectora de Vida Estudiantil de la UCR, explicó que en tales condiciones no pueden girar los dineros porque son fondos públicos. El club no podrá recibir recursos de la entidad estatal sino hasta que otra auditoría demuestre que ya subsanó los vacíos del informe anterior.
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"Hay señalamientos, muchos y muy serios, en la última auditoría que hace un auditor externo de los estados financieros que nos deja en una posición de imposibilidad legal. Nosotros como universidad, y esta servidora en particular, estaría exponiéndose incluso a nivel penal por autorizar un giro de recursos adicional, conocedores de la situación actual", detalló Romero.
Actualmente el club le debe a sus futbolistas una parte del salario de noviembre y un porcentaje del aguinaldo (este martes era la fecha límite para cumplir con lo establecido por el Ministerio de Trabajo), además de la remuneración del mes de diciembre y enero.
Según la Vicerrectoría, al equipo de fútbol se le asignan ¢200 millones por año y del periodo anterior no se le han girado ¢28 millones.
"Muchas unidades académicas de nuestra universidad cuentan con un presupuesto operativo bastante inferior al monto que se ha transferido en los últimos años al club de fútbol", afirmó la vicerrectora.
Romero dijo que la Contraloría Universitaria, a solicitud del rector Henning Jensen, está trabajando en una auditoría integral del club. Ella descarta una investigación al equipo y aseguró que no cree que hay un mal uso de recursos públicos, sino una carencia de controles internos.
"No quisiera pensar que hay un mal manejo de fondos públicos, no tengo elementos para hacer una afirmación en ese sentido y ni siquiera quiero pensar en que eso pueda darse. Lo que sí es cierto es que hay un débil ambiente de control interno, eso es lo que señala la auditoría puntuando una gran diversidad de señalamientos y al haber un ambiente muy laxo de control interno, a nivel de rendición de cuentas no es posible evidenciar con certeza este punto", agregó la vicerrectora.
Malestar en la UCR. Luis Gamboa, presidente del club de fútbol, aseguró que la entidad le está poniendo trabas para girarle los recursos.
"Cada vez que se hace alguna gestión con ellos, inventan un trámite nuevo", dijo Gamboa cuando La Nación le consultó por una nueva auditoría.
El jerarca universitario aseguró que el problema es que se perdieron facturas de un mes, pero que fue tan solo un extravío.
"La auditoría señala que la operación se hizo, bien pero se extravió el comprobante. No es que no hay comprobante, es que se extravió. Obviamente es una falta de control interno y requiere una corrección, pero no significa que hay malversación de fondos", agregó Gamboa.
El presidente del equipo de fútbol afirmó que hay una persecución al club por parte de la institución académica.
"La Rectoría utiliza esa auditoría para otros fines. Hay una persecución fuerte al quehacer del club y a su directiva", finalizó el jerarca.
Toda esta situación provocó que la administración del conjunto celeste tomara la decisión de trasladar el equipo a Desamparados, en busca de convenios y patrocinios que le permitan mantener con vida el proyecto deportivo.
Niños quedaron fuera de las ligas menores de la UCR
La situación que atraviesa el Club de Fútbol de la UCR provocó que la dirigencia se lleve al equipo a Desamparados en busca de nuevos patrocinadores y convenios, lo que afectó a casi 200 niños que formaban parte de las ligas menores del equipo.
Según Luis Ramírez, coordinador del Programa de Formación de Talentos (PFT) en fútbol de la Universidad de Costa Rica, la decisión se las comunicaron a principios de enero.
"De la noche a la mañana tuvimos que explicarles a los niños y a los papás que no podíamos representar al club UCR. Fue algo que generó expectativa porque no sabíamos qué iba a pasar", explicó Ramírez.
El PFT manejaba seis categorías de niños menores de 15 años en la rama masculina y tres en la rama femenina.
Luis Gamboa, presidente del equipo, aseguró que la decisión se dio porque no pueden entrenar ni jugar en las canchas de la Universidad, las cuales están en reparación, lo que los llevó a firmar un convenio con la Municipalidad de Desamparados para utilizar el estadio Cuty Monge y otras canchas del cantón.
"Necesitábamos inscribir canchas porque las del estadio Ecológico no se pueden utilizar y la sintética que está en San Pedro solo podía utilizarla una de las categorías y también la están remodelando. En Desamparados no solo está el Cuty, sino que hay otras canchas. Es frecuente que un equipo se traslade de un lugar a otro", explicó el jerarca académico.
Alejandra Rivero, directora de la Oficina de Bienestar y Salud de la institución académica, lamentó la situación ya que la Universidad tenía todo listo para que los niños jugaran en el torneo que organiza la Unafut.
"Programas deportivos ya tenía las inscripciones pagadas y había comprado uniformes y fue una sorpresa para nosotros el cambio a la Villa Olímpica de Desamparados.
Luis Ramírez dijo que solo un niño decidió irse, por lo que continúan que el programa, el cual tiene casi 30 años, solo que ahora jugarán en un campeonato de menos perfil.
"Nos afecta porque estábamos preparando para el torneo de Unafut. Desde que la UCR ascendió hemos trabajado con estas categorías y muchos jugadores pasaron a la sub-15, que ya la maneja el club de fútbol. A los niños les motivaba jugar, por ejemplo, en el estadio Morera Soto ante la Liga, ahora iremos a jugar a canchas de barrio", finalizó el coordinador del programa.