El pasado 24 de agosto se leyó en La Nación : “¿Se puede decir que Manuel Keosseian deshizo todo lo que Óscar Ramírez había construido? –Yo no le puedo decir eso porque Manolo no empezó el torneo, pero sí se dejaron de hacer muchas cosas que para un equipo como Liga Deportiva Alajuelense no se puede dejar de hacer”.
Quien empezó ese torneo (Verano 2013) fue Luis Roberto Sibaja, gerente deportivo liguista, y a quien las redes sociales y un alborotado mundillo futbolero señalan como el responsable de bajarle el pulgar al Chunche.
Sibaja es el mismo que tomó el timón rojinegro ante la inesperada salida de Óscar Ramírez (jefe y amigo cercano de Montero).
Es el mismo que no tuvo empacho en marcar distancias con su antecesor y, en su ausencia, criticarle el estilo de juego..., aunque haya ganado cuatro campeonatos.
Birra, su santo y seña en Alajuela, dejó el cargo más rápido que ligero, dado los malos resultados y la pésima química con la grada del Morera Soto.
Siguió, eso sí, en su puesto gerencial, y su lugar lo ocupó Manuel Keosseián, viejo conocido: responsable del título de 1997 y del fiasco de 1998, cuando en el propio estadio manudo dejó escapar el cetro ante un Saprissa con nueve hombres.
Entre Manolo y el Chunche nunca hubo clic y nunca se supo de intentos de remendar una relación que a todas luces (bastaba con ir a los partidos) estaba quebrada.
Hubo una conferencia de prensa que trató de atajar el asunto, que buscó ponerle reversa a las cosas y darle un borrón y cuenta nueva a la distancia del técnico y el asistente.
Ese día, La Nación ilustró esa nota con una fotografía de los dos sentados a la mesa para atender a los medios. Estaban codo a codo, pero no eran más que dos...
Se trata de la misma foto utilizada por este medio, ese 24 de agosto, para dar a conocer el desahogo del Chunche por la mala gestión pasada y el mediocre presente.
El señalamiento de Montero cayó mal en la dirigencia y el eterno chicle que masca Luis Roberto Sibaja posiblemente perdió sabor al instante al leer a su subordinado.
Sibaja, de por sí una persona poco accesible a los medios, no quiso dar declaraciones este lunes, cuando la salida de Montero era la comidilla del país futbolero. Entendible, luego de lo que le pasó al Chunche...