Al equipo blanquiazul llegó un DT experimentado, conocedor de las dos caras de la Luna, la luz del éxito y la penumbra del fracaso (su antecedente más próximo). Entiéndase, con sed de revancha. Campos... Campos fértiles para resurgir son las experiencias negativas.
Consciente de las diferencias presupuestarias con los acaparadores de títulos, se planteó un dilema: ¿Cómo darles pelea?
Y entonces optó por hacer uso de su propio combustible: la necesidad de reivindicación. Fue así que motivó a un portero maduro, que comenzó su carrera con grandes expectativas, pero que fue sumiéndose en la mediocridad de equipos sin aspiraciones o bien oxidándose en la suplencia. De Le... De Lejos, el arquero necesitaba un voto de confianza.
Cor... Corpulento, de apariencia tosca, su biotipo hace creer que se trata de un zaguero lento, pero el técnico lo conoce, lo valora; considera que tácticamente le puede cumplir y por eso le dio una nueva oportunidad.
También se propuso pulir a dos diamantes en bruto del mediocampo hacia adelante, cuyos nombres comienzan con “D” y “J”. Dos promesas no cumplidas (hasta hoy), que pasaron los años y, como no brillaron lo esperado, se temió que cayeran al barranco del olvido. La esperanza del timonel, rescatarlos. Que uno desempolve su cañón y el otro desborde como otrora.
Finalmente, procedente de Argentina, el goleador con la pólvora mojada, el que se volvía “Lucas” por recuperar la puntería. A él también el entrenador le vio el requisito fundamental: hambre.
Así, con la sangre en el ojo fungiendo cual diesel, convirtiendo los rencores individuales en despliegue físico y futbolístico colectivo, Claudio Ranieri dejó atrás su estrepitoso fracaso al frente de la selección de Grecia e impulsó no solo a Kasper Schmeichel, Wes Morgan, Danny Drinkwater, Jamie Vardy y Leonardo Ulloa a la mejor campaña de sus carreras, sino al humilde Leicester City a su primer título de la Premier League, por encima de los multimillonarios Manchester United, Arsenal, Liverpool, Manchester City y Chelsea.
Interesante estrategia. ¿Será que es repetible por estos lares?