No todo fue malo para Costa Rica en la Copa Oro 2015.
Si bien es cierto en la balanza de Paulo Wanchope pesan las deficiencias en la marca y el trato del balón, la aparición de cuatro baluartes que complementan a la base del Mundial de Brasil 2014 equilibran un poco el saldo del torneo.
El surgimiento de Francisco Calvo como la gran alternativa para ser el compañero de Giancarlo González en la central, ante la ausencia de Óscar Duarte, o bien como lateral izquierdo, sumado al buen desempeño de Johan Venegas y David Ramírez, y el aplomo de Esteban Alvarado en el arco, dejan un buen sabor de boca, según los expertos.
Los técnicos Rolando Villalobos, Rónald González, Javier Delgado, Marvin Solano y Orlando de León y los exseleccionados, Wilmer López y Erick Lonnis resaltaron el desempeño de Calvo, Venegas, Ramírez y Alvarado, a quienes, consideran, no les pesó la camiseta y se ganaron un lugar en el combinado patrio.
“Ellos (Esteban, Francisco, Johan y David) sacaron la cara individualmente y dieron un matiz diferente. Son los primeros pasos que dan en Selección mayor y pareciera que tienen un lugar fijo”, señaló Villalobos.
“El técnico sacó muy buenas conclusiones con respecto a posiciones con las que no contaba, como el acompañante de González, el suplente de Yeltsin Tejeda y el darse cuenta de cuáles jugadores están para la Selección y cuáles no”, agregó González.
David Guzmán también se suma a la lista de futbolistas que, con su desempeño, aliviaron las penas de la eliminación.
Sin embargo, los errores defensivos, la falta de generación de fútbol ofensivo, el abusar del pelotazo y el bajo nivel de algunos de los líderes no quedan en el olvido y son señalados como grandes defectos por corregir.
“Costa Rica tuvo poca posesión, le faltó profundidad con la pelota y peso en ofensiva. Además, no se puede esconder que falta más aplicación en el trabajo defensivo porque por momentos fueron frágiles”, dijo López.
A esto se suma que pese a tener un esquema definido (1-4-2-3-1), se “careció de consistencia en un modelo de juego”, según Solano, lo que hizo que el equipo bajara mucho su nivel en las segundas partes de los compromisos.
La Sele creció juego a juego, pero para Lonnis se debe trabajar en la mentalidad, ya que “ante rivales de menor categoría nos volvemos un equipo mediocre”.