Si te hacen uno, hacés dos; si te hacen dos, hacés tres, cuatro y más.
Hay máximas del fútbol que funcionan porque van del dicho al hecho. O expresado de otro modo, porque trasladan el valor de la teoría al hierro y al rigor táctico.
En una jornada brillante de Mynor Escoe, el Deportivo Saprissa cuajó un 4 a 2 que se volvió de mérito, toda vez que lo alcanzó por encima de sus carencias.
El equipo morado bregó en la adversidad al recibir dos goles tempraneros, en el arranque del primero y segundo capítulos.
El elenco de Rónald González se repuso con creces de idénticas circunstancias y, lo más importante, el grupo, liderado por un Mynor Escoe convincente, supo arropar al zaguero Kendall Waston en su insólito pasaje de mediodía a través de la oscuridad.
La faena del exgeneraleño (pertenece a Saprissa, pero estuvo a préstamo en el Sur) no pudo ser más triste. Entregó un balón a Jorge Gatgens, quien dominó la esfera y la clavó en la red, al minuto seis. Y luego, en el primer minuto del segundo tiempo, Waston cometió una falta de penal a Andrés Castro. Anotó Brunet Hay.
En consecuencia, Pérez Zeledón golpeó primero en dos ocasiones, en el inicio y en el reinicio, pero no supo cómo mantener y acrecentar ese caudal que el fútbol denomina “goles de camerino”.
¡Agarren a Estrada! El plan de Luis Fernando Fallas parecía más que evidente. La idea del estratega del Sur consistía en cercar a Diego Estrada, por definición, el creativo tibaseño, para cortar así los hilos del toma y dame que ha venido manipulando el hábil mediocampista.
Ciertamente, los de azul celeste limitaron a Estrada. ¡Pero se les escapó Mynor Escoe! Tan evidente como la fotografía que ilustra esta crónica, el desplazamiento de las piezas visitantes sobre los movimientos de Estrada, provocó que dos puntales, como Manfred Russell y Escoe, quedaran sueltos o, al menos, con un mejor panorama para urdir y sorprender.
Si el primer tiempo fue relativamente equilibrado, el complemento fue un juego de conjunto patrimonio de los saprissistas.
Mientras los erráticos defensores generaleños no sabían cómo ligar con sus medios y delanteros, los locales reiteraban su poder ofensivo por los costados, gracias a las corridas sensacionales de Jordan Smith, con centros precisos, y de Michael Barquero, tocando y avanzando, cada vez con más fuerza.
El 4 a 2 es justo y realista. Saprissa supo emerger en la adversidad y terminó por imponer su ley.
No obstante, los yerros defensivos de Waston y compañía pusieron también sobre el tapete cierta fragilidad morada en la defensa y la poca certeza que acusaron los guardametas Donny Grant y Adrián de Lemos, quien ingresó por una lesión del primero.
Si te hacen dos, hacés tres...