El miércoles varios miembros de La Doce se unieron en la gradería norte del Estadio Nacional para gritar improperios al presidente de Alajuelense, Raúl Pinto.
Esto después de que la dirigencia manuda vetó, permanentemente, a la barra brava de los partidos organizados por el equipo.
Para Pinto fue un “desafió tonto”, pues sirvió para que los efectivos de la Fuerza Pública acordonaran a los fanáticos y les tomaran fotografías y videos.
Esas pruebas servirán para identificar a los miembros de La Doce y ampliar el padrón de personas a las que se les negará el acceso a los partidos del fútbol nacional.
“Fue un desafió tonto porque al final el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) tiene la autorización nuestra de intervenir y al ver barras de gente cantando improperios les da la oportunidad de acordonarlos e identificarlos para vetarlos de los estadios.
“La orden está dada y seguirá adelante, le ha tocado a la barra de la Liga pero después seguirá pasando con los demás clubes dentro del plan, que son Saprissa, Herediano, Cartaginés y Alajuelense”, comentó ayer el jerarca rojinegro.
Pinto ni siquiera escuchó los improperios que le gritaron, pues estaba enfermo y no pudo asistir al partido que la Liga ganó, por 5-2, ante la Universidad de Costa Rica.
El padrón que está utilizando el equipo y el MSP para negar el acceso al estadio por ahora solo tiene 54 personas, las que fueron detenidas en la trifulca que ocurrió en el Nacional el 16 de febrero, cuando varios miembros de La Doce agredieron a aficionados del Cartaginés.
“Hay un aviso y ellos saben que en estos momentos Alajuelense vetó a la barra y no deben estar unidos porque la seguridad pública va a intervenir y los va a identificar, ya no somos nosotros como equipo sino que es un esfuerzo conjunto con el Ministerio y la Presidencia de la República”, agregó Pinto.
La organización de La Doce decidió no hablar del tema con la prensa durante esta semana, aseguró el dirigente Javier Perera, conocido como Romario.
Vuelta al Morera. El próximo jueves la Liga recibirá al Carmelita en el Morera Soto después de jugar dos partidos como local en La Sabana.
Será un momento crucial pues se medirá la mano fuerte de la dirigencia eriza y la policía para evitar que La Doce ingrese.
Aunque Pinto minimizó el asunto: “Creo que la barra debe entender que está vetada y nosotros queremos que la situación se solucione (...). Si vuelven a llegar a unirse los van a acordonar y tomar fotos y serán más muchachos que no podrán acercarse a eventos deportivos”.
Pinto comentó que si entre los miembros de La Doce, se identifican a socios o abonados siempre se les vetará el acceso, aunque haya que devolverles el dinero.