No hay mucho margen de reacción, y eso lo saben los jugadores de Puntarenas, y reconocen la presión que se posa sobre sus espaldas para el juego de mañana.
Los porteños están en la situación a la que ningún equipo deseara afrontar, pero que en el Pacífico le ponen el pecho y se tienen fe para salir del frío descenso.
“Es complicado, nos están metiendo muchos goles”, analizó el arquero chuchequero Víctor Bolívar, tras la por goleada que sufrieron el domingo con Uruguay.
Eso lo reconoció su compañero Roberto Mudarra, quien agregó que habrá que apelar a fortalecer el factor mental para ir por la hazaña ante Limón.
“Ya no hay mucho que hacer, tenemos que saber que nos jugamos todo en este partido, solamente tenemos que tener confianza en nosotros para sacarlo”, aseguró el volante Mudarra.
La angustiante presión. El destino pone a Puntarenas y Limón cara a cara en la última jornada que se disputará mañana en el estadio Miguel Lito Pérez, donde no habrá más allá y uno de los dos se quedará en Primera, el otro se irá a la Segunda División.
En el Puerto reconocen que hay presión, pero para ambos equipos, a pesar de que a los chuchequeros solo los salvará un resultado: ganar por diferencia de dos o más goles.
“Presión siempre va a haber, pero ya a estas alturas de la carrera de uno lo trata de tomar con un poquito más de calma y más sereno, para tomar las mejores decisiones y que el grupo esté bien, y salir a la cancha a dejar al equipo en Primera División”, expresó el mediocampista Kevin Cunningham.
Por su parte, uno de los líderes del Puntarenas FC y quien es el jugador con más partidos disputados con el club porteño, Rafael Núñez, se mostró avergonzado por la situación que viven, pero que darán todo por la permanencia en Primera.
“Mientras hayan posibilidades yo creo en este grupo, vamos a seguir peleando, lamentablemente nos enredamos en el tema del descenso, pero sé que este grupo puede crecer”, dijo Núñez.
Hoy Puntarenas FC entrenará a doble sesión para afinar detalles para la final de mañana. Colaboró el periodista Kenneth Meléndez.