En un duelo directo de media tabla, Pérez Zeledón y Carmelita igualaron a un gol en un empate que no le favorece a ninguno en su carrera por los puestos de clasificación.
No obstante, el conjunto verdolaga regresó a casa con una sonrisa a medias, pues al menos puntuaron en una de las visitas más complejas del Torneo de Invierno.
Graderías carentes de emoción del Estadio Municipal de Pérez Zeledón presenciaron el arranque del choque ayer a las 11 a. m.
No era para menos, tanto los guerreros como los carmelos sabían lo que se estaban jugando ambos e iban a cuidarse; las acciones poco vistosas lo hacían evidente.
Por un lado, los guerreros mostraban confianza en su salida, pero de tres cuartos del terreno en adelante, carecían de toque y fineza.
Los de Guilherme Farinha más bien presentaban síntomas opuestos, su juego no abundaba en el dominio o el medio campo, pero sus ataques eran feroces y atrevidos.
Cuando menos se esperaba, los verdes se multiplicaban hacia el frente y cundía el terror en el aficionado del Valle de El General.
Sin embargo, el juego era equilibrado, aunque aburrido. Cualquier apostador hubiera puesto su plata en el empate desde los primeros minutos de la contienda.
Muchas veces, los visitantes hallaban el coraje desde el banquillo, donde un Farinha histérico corría y gritaba, como si él mismo deseara estar luchando en el campo.
En el otro banco, el estratega Víctor Abelenda sudaba frustración y constantemente se tomaba el rostro desilusionado.
De a poco el juego se avivaba con remates en los postes por parte de Franklin Zamora por Carmelita (40’) y Félix Montoya por los locales (57’), pero la posibilidad de una anotación aún parecía distante.
Rompió la paridad. A como estaba el juego en ese momento, solo un yerro defensivo y un lujo por parte de Frank Zamora podía separar a los dos equipos.
Al minuto 63, el joven carmelo encontró un balón suelto en el perímetro del área, bañó a un zaguero rival y selló el primer gol del juego con un toque sutil ante la salida del guardameta Luis Diego Sequeira.
Para ese momento, los de Pérez se habían lavado el rostro y lanzado todas sus fichas al frente, pero el arquero Olger Ruiz, de Carmelita, cada vez se hacía más grande ante la adversidad.
El entrenador Farinha recurrió a sacar a sus piezas ofensivas (como al desaparecido Ángelo Padilla) para reemplazarlos por un esquema más defensivo, movimiento inusual en el técnico portugués.
Finalmente, la cabeza del recién ingresado Josué Mitchell, de 24 años, envió un latigazo a las redes carmelas al 73’, sentenciando un empate justo en el Sur.
Ambos conjuntos se fueron a sus casas con el sinsabor de saber que pudieron haber puntuado antes de enfrentar sus duelos contra Saprissa (ante Carmelita) y Heredia (Pérez Zeledón) el miércoles.