Minuto 95 de la final entre Herediano y Alajuelense, el manudo Johan Venegas anota el segundo dardo visitante en el estadio Rosabal Cordero. La afición rojinegra estalla, pero un jugador desaparece del terreno de juego para festejar por aparte y enmarcar uno de los momentos más emotivos de un choque de todo o nada.
Patrick Pemberton se dirigió hacia atrás de su portería sin que nadie se percatara, para fundirse en un emotivo abrazo con un aficionado que estaba en silla de ruedas, el cual fue captado por La Nación.
¡Qué gesto!, pero, ¿qué hay detrás de esa historia? Pemberton y el seguidor José Aguilar Ramírez se unieron para contar su testimonio.
Aguilar, seguidor manudo de 20 años, asegura que Patrick cumplió su sueño al festejar un gol en una final de campeonato nacional.
El hincha erizo sufrió hace cinco años de mielitis transversa, un trastorno neurológico causado por inflamación de la médula espinal, pero eso no lo ha detenido para soñar alto.
Un 11 de abril de 2010, Aguilar tenía un partido de fútbol en el que incluso metió un gol para colaborar en la victoria de su equipo 4-2. Ese día el joven jugó los 90 minutos a pesar de sentirse con las defensas bajas.
Jamás se imaginó que cuatro horas después comenzaría a sentir un cosquilleo en el glúteo izquierdo que le dificultó caminar, con el paso de los minutos tuvo mayor dificultad hasta quedar paralizado.
"Cuando iba para el hospital mi mamá me decía que todo iba a estar mejor, que Dios no me iba a abandonar y en ese momento acepté mi realidad y comencé a tener paz", dijo Aguilar.
"Cuando llegué al hospital la paralización quería subir hasta el pecho y me costaba respirar, los doctores pensaron que tenían que entubarme, pero en ese momento me puse en manos de Dios y todo cambió. Estuve un mes internado en el hospital San Juan de Dios y luego asistí a rehabilitación al Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) y en ese momento un psicólogo me dijo que nunca más volvería a caminar, ahí lloré mucho y se me vino el mundo abajo", agregó.
Las terapias no fueron nada fácil, pero el 'Capi de Dios' no se rindió. "Al inicio consistían en arrastrarme en una cama, pero yo me veía corriendo en un futuro, por lo que me mentalicé de que era posible. Yo tenía que orinar por medio de una manguera, cuando me enviaron a casa con costos podía sentarme, pero ahora cinco años después estoy intentando caminar con muletas para seguir adelante".
El lema de Aguilar es que con solo levantarse es motivo para seguir luchando día a día, que no hay rendirse para poder conquistar las metas.
"Hoy en día sigo luchando y dando testimonios en iglesias y otros lugares, demostrando que podemos darle gloria a Dios por una situación como esta. Antes yo caminaba y jugaba, pero espiritualmente estaba en silla de ruedas. Ahora mi condición física es distinta, pero tengo la convicción de que estoy trotando espiritualmente", puntualizó.
Jugaba fútbol. Aguilar, quien lucha para dejar la silla de ruedas, era jugador de fútbol, incluso capitán de algunos equipos de liga menor. Esa banda de capitán ahora la carga bajo la motivación que encontró en lo espiritual, por lo que entre los futbolistas es conocido como el 'Capi de Dios'.
Cuando llegó la enfermedad, José encontró en Patrick —su ídolo— un bastión para sobrellevar sus momentos difíciles, sus lágrimas y para trabajar su fe.
"La manera en que llegué a conocer a los jugadores de la Liga fue por medio de Carlos Clarck, antes yo iba al estadio y yo deseaba conocer a Clarck, por eso le mandé un mensaje de Facebook y me dijo que me iba a ir a visitar. Un sábado que yo iba a terapia llegó con Cristopher Meneses, luego ya conocí a Patrick, quien se ha convertido como en mi hermano mayor", comentó Aguilar, la tarde de este martes en Multiplaza Escazú, donde compartió con la familia de Pemberton.
Sobre su amistad con el cancerbero manifestó que es un ejemplo a seguir, pues ha alcanzado sus metas con trabajo y dedicación.
"Es una persona ejemplo de esfuerzo por todas las cosas que logra, tengo muy buena relación con su hijo y su esposa, es un gran amigo mío, hay personas que pueden motivar, pero cuando hablamos siempre la pasamos muy bien. Compartimos bastante", añadió el joven, quien en su Facebook escribe mensajes de motivación.
Vea aquí galería: Patrick Pemberton comparte con José Aguilar
Festejo. Sobre ese festejo, Aguilar comentó lo que dijo a Pemberton durante el abrazo: "En ese momento, yo le dije a Patrick: vamos, vamos, yo levanté las manos, lo abracé y le dije que ahora no pasaba ninguna bola".
Por su parte, el guardameta rojinegro comentó que en ese momento de euforia siempre tuvo presente que Aguilar se encontraba detrás de su marco y que deseaba festejar un gol con él.
"Antes del partido lo vi y nos saludamos. Cuando caen las anotaciones se me viene a la memoria el sueño de que José quería festejar un gol juntos y siempre me lo había comentado y no podía dejar pasar esa oportunidad porque en Alajuela nos queda muy incómodo", puntualizó Pemberton, quien se mostró a La Nación como un hombre de familia, de hogar y un verdadero líder dentro y fuera del terreno de juego.
Vea aquí la entrevista a Patrick Pemberton y José Aguilar juntos.
Encuentro. Este martes tanto Pemberton como Aguilar compartieron como es costumbre luego mantener una amistad de varios años. Ambos fueron a almorzar a Multiplaza Escazú, junto con la esposa del arquero Gabriela Soto y su hijo Ian.
El trato entre ambos fue un fiel reflejo de que son buenos amigos, en ocasiones Pemberton le ha regalado camisetas y guantes que sirven de motivación para continuar con su rehabilitación.
Aguilar tiene buena relación con Ian, a quien trata como un hermano más. Incluso lo consiente cada vez que puede para hacer más cercana su relación con el meta alajuelense.
En ocasiones el fútbol es algo más que un deporte y se convierte en un puente de amistad.