¿Sabe usted cuál es el técnico con mejor rendimiento en partidos eliminatorios en la historia de la Selección Nacional?
Le doy unas cuantas pistas: no mide más de 1,70 m, por si iba a responder “Alexandre Guimaraes”. Yo también habría pensado en Guima, gestor del Aztecazo, autor intelectual de la mejor hexagonal jugada por la Sele , la de los casi inigualables 23 puntos. Pero no.
Una pista más: habla en conferencia de prensa sin aspavientos, casi tímido, como encogido de hombros, con actitud más cercana a chiquito regañado que al artífice de una victoria cuyo antecedente hay que buscarlo 32 años atrás, cuando las fotos en la sección deportiva de La Nación aún salían en blanco y negro.
Sigamos: su rendimiento del 76,9%, después de 13 partidos eliminatorios dirigidos y una cosecha de 30 puntos -de 39 disputados-, sin duda supera al porcentaje de críticos que cuando no le piden una cosa le piden otra. Que meta a este, que saque al otro, que juegue bonito... “Bonito un suéter”, diría el Paté Centeno; aquí se trata de jugar bien. Y si eso de jugar bien genera controversia, basta con un concepto más simple: saber jugar, saber ganar.
Vamos con otra pregunta: ¿Cuál es el técnico con menos goles en contra por partido al mando de Costa Rica en eliminatorias mundialistas?
Pista: no es colombiano, por si estaba pensando en Jorge Luis Pinto, maestro de la táctica y el orden defensivo, enamorado de los catenaccios y demás estrategias de cerrajería, a las que Costa Rica ha echado mano en sus partidos más gloriosos. Con 0.92 goles recibidos por juego en partidos eliminatorios, Pinto sin duda aprecia el 0.54 del técnico en cuestión.
Otra pista: en el último partido se defendió de tres maneras distintas: presionó mordazmente la salida del rival; cuando no pudo, contraatacó; intentó tener la pelota de pie a pie.
Última pregunta: ¿quedará alguien en Costa Rica que siga pensando que Óscar Ramírez no es técnico para Selección? No hablo de preferencias por un estilo o el otro, sino de capacidad. ¿En serio queda alguien?