El próximo presidente Alajuelense es serio, responsable, prudente, negociador, inteligente, líder, educado, culto, planificador, convencido de los procesos, con visión de largo plazo, firme pero flexible, estratega, analítico, abierto al debate, un caballero, apuesta al trabajo en equipo, con una sólida formación profesional y –algo muy importante y necesario en el fútbol tico– sabe medir sus palabras, ser comedido en las declaraciones.
Fernando Ocampo es el tipo de dirigente con el que cualquier equipo serio de Costa Rica desearía contar. No me cabe la menor duda de que su gestión va a elevar sustancialmente el nivel de la presidencia de la institución rojinegra, así como de la organización del balompié en general. Su nombramiento representará un relevo necesario y oportuno.
Siempre he sabido que es un manudo apasionado –y supongo que él sabe que yo soy un morado de corazón–; sin embargo, no es en las lides deportivas donde lo conocí y de alguna manera he seguido su trayectoria, sino en el campo del intercambio comercial de nuestro país con el mundo.
Ocampo fue viceministro de Comercio Exterior durante el gobierno de Laura Chinchilla y participó en la negociación de diversos tratados de libre comercio de Costa Rica; por ejemplo, el de China, Canadá, Colombia, el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y el polémico Cafta.
Como se ve, no rehúye los desafíos ni las decisiones difíciles. Este abogado de 45 años es máster en Política Económica –graduado en Londres– y decano y profesor de Lead University. También enseña en la UCR y la UNA. Fernando no le arruga la cara al trabajo.
“Soy de carácter, pero por mis ocupaciones anteriores aprendí que las mejores decisiones son el fruto del análisis, la planificación, la discusión con varias personas. No creo en el liderazgo donde yo asumo toda la responsabilidad, creo en el trabajo en equipo”, dijo en una entrevista a La Teja .
De sus propuestas de trabajo en la Liga, me gusta la idea de retomar las ligas menores, apoyar esos semilleros para que el día de mañana nutran al primer equipo. Fantástico en tiempos en que los equipos suplen sus necesidades de jugadores más con las billeteras que con la formación de nuevos valores.
Cierto, soy saprissista, pero le deseo éxito a Fernando. Al fin y al cabo, se trata de que gane el fútbol.