El técnico de Herediano, Odir Jacques, no duró ni un minuto sentado en el banquillo.
Con el pitazo inicial del árbitro Randall Poveda, el veterano entrenador se puso de pie con los brazos cruzados.
Ante el pasar de los minutos comenzó a tener gestos de aprobación tanto con el público como con sus jugadores.
A los 15 minutos, cuando Herediano “acosaba” a la Liga, Odir sacó una pequeña libreta de la bolsa izquierda de su buzo, y comenzó a apuntar.
Para ese entonces ya se había tocado el pelo unas cuatro ocasiones y conversado con Minor Díaz, asistente, tres veces.Conforme el Team llegaba, el estratega caminaba para adelante como si él mismo hiciera fuerza para que su equipo tuviera claridad en el ataque.
Contrario a los arribos de la Liga, en los que cerró los ojos en dos ocasiones en el primer tiempo.
Al minuto 32, cuando cae el gol de Jonathan Hansen, el estratega florense abrió sus brazos, miró hacia el cielo y festejó con los jugadores de la banca.
Antes de que el balón se pusiera en el centro le aplaudió a sus jugadores y les señaló el reloj como señal de que aún faltaba mucho.
Jacques vivió con intensidad todo el compromiso.
El conocido como “Rey Midas” del cuadro rojiamarillo celebró por lo más alto la consecusión del título 24 de la institución.
El Rosabal Cordero fue su aliado perfecto. Tuvo comunión con los seguidores, a quienes se les vio en cantidad con camisas rojiamarillas y una foto del “viejo” Jacques en su estampado.
A sus 69 años Odir dio muestras de que es un hombre emotivo y que le cuesta guardar la compostura cuando está emocionado, y no es para menos, pues acabó con la sequía de 30 años que tenía el conjunto herediano de no ganarle una final ante la Liga.
Precisamente fue él como técnico, en el campeonato de 1985, quien se impuso 2-0 ante los manudos en el marcador glogal.
Ayer volvió a vibrar.