La noche del 24 de setiembre, los jugadores del Santos de Guápiles vivieron una gran humillación en el Rosabal Cordero, cuando Herediano los goleó 7-0.
El técnico Johnny Chaves reveló que fue ese partido el que los hizo cambiar como equipo hasta lograr un rendimiento del 71% en los restantes ocho juegos, que al final le permitieron meterse en la cuadrangular final.
LEA: Johnny Chaves: 'Nos ha costado mucho la clasificación para llegar a hacer el ridículo'
Chaves enumeró tres actividades que efectuó con la planilla para darle vuelta a la historia, luego de ingresar a un vestuario en que todos miraban al piso, estaban con los hombros caídos y la moral por el suelo.
"Entré al camerino y todos estaban con la mirada muy decaída. No hubo reclamos fuertes, el drama era más que evidente, les dije que teníamos que ser fuertes y luego me fui para la conferencia de prensa. No se habló más del tema", relató Chaves.
Y agregó: "Dimos domingo libre y el lunes estábamos citados para entrenar en la tarde, pero cambié los planes. Vi a los jugadores, quienes seguro esperaban una regañada, y les dije que fuéramos por una pizza y que quería contarles algo. Todos accedieron".
Ese lunes, el estratega les enumeró cinco aspectos por los cuales debían mirar hacia delante: el primer mensaje fue que esa decepción era pasajera, pero que estaba en ellos que se esfumara de una manera rápida.
El segundo consistió en que a partir del próximo partido iban a proponerse jugar mejor, a creérsela de verdad. El tercero, que debían asumir la autocrítica para entrenar con mayor ambición.
El cuarto fue que debían aprender del rival, que fue el campeón nacional, Herediano, y el quinto punto y más importante fue responder la pregunta: ¿Quiénes somos y qué queremos?
A partir del martes 27 de setiembre todo fue distinto, pues Chaves contó la segunda razón de peso para ver un camerino distinto.
Los líderes dibujaron una escalera en una cartulina y la pegaron en una pared del vestuario. Tenía ocho escalones, pues eran los siguientes partidos que le restaban al campeonato; en ese momento no se imaginarían que había que agregar seis gradas más por la clasificación.
"Se involucraron todos los jugadores, en ese espacio todos ponían un nombre o una frase de motivación para lo que se venía. Era una meta y se propusieron ir partido a partido. Fue una actividad grupal que unió a más no poder", expresó Chaves.
El timonel contó que la directiva fue parte importante para mostrar otra cara a partir de esa caída. Es esta la tercera razón por la que se mostró un ambiente distinto.
"La directiva ocntrató a un sicólogo que fuera a darnos una charla y luego nos invitó a un almuerzo. Ahí entendimos que ya estábamos listos para lo que se venía, con mucha humildad, pero era algo que podíamos sentir", detalló Chaves.
Ahora, 55 días después de la humillación en el Rosabal Cordero, el estratega guapileño está a horas de entrar al mismo camerino de visitante, pero con otro aire, con los mismos protagonistas del 7-0, pero con carácter y acuerpados previo a una cuadrangular que deben ganar si quieren llegar a una final ante Saprissa.
El Santos visitará este sábado al Herediano a las 8 p. m. en el primer juego de esta siguiente fase del campeonato.