Alajuela. Parecía que sería fácil, pero fue todo lo contrario.
El vendaval del arranque manudo se disipó cuando el marcador aún era corto, lo que hizo que la Liga debiera sufrir más de la cuenta para derrotar a Pérez Zeledón y así dejarse la cima del Torneo de Invierno 2012 en solitario.
Alajuelense empezó con la aceleración al máximo. Pero no del tipo en la que todos los pases salen mal y todos los jugadores se gritan entre sí por desesperación. No. Más bien, la clase en la que se quiere pasarle por encima al del frente y asegurar el partido lo más rápido posible, como si hubiesen sido ellos los obligados y no su rival de turno.
Y a los 3’ ya iba ganando.
Álvaro Sánchez ubicó en un tiro libre la cabeza del zaguero Cristopher Meneses para mover muy temprano el marcador.
La intensidad y la soltura de los manudos en esos primeros instantes hacía prever que podía venirse una de esas noches. ¿Cuáles? Esas en las que solo hay un equipo en la cancha. Esas en las que un bando no quiere que el partido se acabe y esas en las que el otro solo quiere guardar todo para irse a la casa.
Sánchez entró con la mente puesta en quitarle a Cristian Oviedo el protagonismo de los últimos días. Con lujos y buenos movimientos acercó a todo mundo al área.
Armando Alonso y Diego Calvo tuvieron sus posibilidades. También Allen Guevara, que de paso, anda indescifrable para las defensas. Solo con falta lo pueden bajar.
Sin embargo, entre tanto dominio de los rojinegros, cayó el gol de los Guerreros del Sur.
La llegada fue tan aislada como el gol, extraño. Luis Stwart Pérez le ganó un pulso por la banda a Meneses y mandó el centro, que salió relativamente débil. Toda la zaga eriza dudó para despejar.
Gol de Luciano Bostal, al 23'.
Cambio total. El grito de celebración despertó a los generaleños, mientras que el silencio del Morera Soto durmió a los manudos.
De todas las bonanzas de la Liga en el el arranque, solo quedó el desequilibrio de Guevara.
Finalmente los sureños se pusieron a jugar en búsqueda del resultado que les permitiera seguir soñando con clasificar.
No obstante, con el juego puesto en la mesa para cualquiera, Alonso, aún en comunión con su afición, no claudicó y se fabricó un penal.
Sánchez lo cobró con fuerza y sacudió las redes de nuevo.
Ese gol liquidó a los generaleños, que como el equipo corajudo como que es, no dejó de intentarlo, más corazón que ideas.
Nuevamente, la Liga metió el gas. Pudo ampliar, pero desaprovechó y Terminó batallando, en un juego que debió definir antes.