La UCR y Herediano volvieron a probar anoche la agrura de otro empate sin goles, el mismo resultado de la primera vuelta solo que ahora con un balance que a ninguno de los dos favoreció.
Contrario a ese primer pulso en el estadio Rosabal Cordero, los académicos le cumplieron al título de locales y se guardaron el cerrojo, dejando ver a un equipo que en todo momento peleó el protagonismo y propuesta del que siempre presume el conjunto florense.
Fue entonces un juego abierto, inclinado ligeramente hacia la visita pero más por una cuestión de talento que de ganas, porque lo cierto es que la Universidad nunca quiso nada que no fuera el triunfo.
Tampoco el Team . En realidad nunca lo hace; no obstante, su atrofia en el último cuarto de cancha se volvió a extender hasta donde el reloj quiso en el Colleya Fonseca.
No hubo ahí ni cambio ni inspiración que rescatara esta vez al equipo de Jafet Soto, demasiado claro en el qué pero una vez más confundido en el cómo, un problema que ya a estas alturas del Invierno raya casi en la cotidianidad.
Pero como los problemas de Herediano están arriba y no atrás, fue también poco lo que pudo hacer la UCR para romper la zaga florense, escasa de poros y protegida de cualquier forma por una doble contención en la que volvió a figurar el panameño Gabriel Gómez.
Con la presencia ahora sí de Jonathan Sibaja en la titular, el técnico José Giacone quiso hacer de las bandas el camino hacia la celebración, pero su intención siempre chocó contra al menos un par de piernas enemigas.
Tuvo algunos chances la ofensiva celeste, la más clara un disparo furibundo de Víctor Gutiérrez que se estrelló contra el horizontal de la portería de Leonel Moreira cuando corría el minuto 36. Pero fue el Team quien lamentó de verdad esa falta de puntería arriba.
Derrota de dos. Con la amenaza de otro 0-0 en el horizonte, Soto movió el banquillo temprano y metió a Anllel Porras al terreno, una variante que ayudó en todo menos en esa tarea de mover el pizarrón.
De hecho, él tuvo en sus piernas la oportunidad más clara del compromiso, un remate al 85’ con el arco a disposición que caprichosamente se fue a la línea de fondo.
Cristian Montero también tuvo un cabezazo en el descuento que pudo revertir la historia, pero que como todo lo demás acabó en otro saque de puerta académico.
Así fue como universitarios y florenses perdieron los dos, los primeros porque dejaron ir puntos en casa en momentos donde ya se les fue el liderato; los segundos porque todavía tienen mucho qué recortar a los punteros, incluido un Cartaginés que resbaló ayer.