La Liga ha hecho de su seguidilla de partidos un tema central antes del clásico, pero a final de cuentas solo ha jugado cuatro partidos más que Saprissa en los tres meses que lleva la temporada.
Eso sí, los manudos han cargado con mucha más presión.
La S se ha enfocado en el Invierno 2013, mientras que Alajuelense jugó la Concachampions, con el apremio de preparar dos partidos cruciales ante el América, y los viajes a Panamá y México.
Además, desde el último clásico los rojinegros no cuentan con una semana larga (sin jugar a mitad de semana) en su calendario. Entre el 22 de setiembre y hoy han jugado 12 partidos consecutivos.
Mientras que los morados sí contaron con dos semanas largas en ese mismo lapso.
En este tema hay diferentes opiniones, pues hay quien piensa que el futbolista costarricense no tiene condiciones o la cultura deportiva para jugar dos veces por semana.
Otros opinan que no hay nada que condicione o imposibilite que se juegue a ese ritmo.
Norton Cassol, preparador físico de la Liga hasta mediados de año, dijo que “no hay excusas” para que un plantel bien preparado no soporte ese ritmo de competencia.
Eso sí, explicó que jugar domingo-miércoles-domingo obliga a regular las cargas de trabajo y reducir las sesiones de entrenamiento durante la semana.
“Normalmente yo planificaba ocho sesiones por semana. Cuando hay partidos a mitad de semana esas sesiones disminuyen (...). Los lunes se trabaja en recuperación y los martes se trabaja un 50 o 60% del entrenamiento”, explicó.
Precisamente, esa falta de tiempo para trabajar es de lo que más se queja Óscar Ramírez.
Siendo un técnico metículoso, a Machillo le hacen falta esas sesiones a mitad de semana para programar lo que quiere ver en la cancha.
“Ha sido jugar, recuperar, practicar para el partido y jugar otra vez. Nosotros no hemos tenido tiempo para poder especificar algunas cosas más detalladas”, comentó Ramírez, quien añadió que esos “detallitos” han pasado factura.