La memoria de Keylor Navas falla, los malos recuerdos no aparecen y resultados como el del domingo, en el que se consagró como campeón del Mundial de Clubes al imponerse ante el Kashima 4 a 2, empeoran la ‘enfermedad’ que padece el tico: ya no recuerda qué es perder.
Navas cerró en Japón un 2016 casi perfecto, en el que únicamente registró dos derrotas luego de 47 encuentros disputados, tanto con el Real Madrid en Liga, en Champions League o en el Mundialito, como con la Selección en choques eliminatorios o amistosos.
Los números hablan de una temporada épica, si se toma en cuenta que salió con los tres puntos en el 72% de los choques en los que estuvo, empató en el 24% y solo mordió el polvo en el 4%.
Además, a esto se suma que se convirtió en el primer costarricense en levantar la Orejona y en coronarse en una copa del mundo de equipos.
Como si fuera poco, en promedio recibió apenas 0,9 goles por compromiso, lo que equivale a una anotación en contra cada 101 minutos, y dejó su arco en cero 17 veces.
El guardameta nacional no esconde su felicidad por el gran momento , luego de doce meses en los que se consolidó en el arco del Real y tuvo que derrotar a uno de sus rivales más enconados, la tendinopatía aquilea en el talón izquierdo, que lo sacó de competencia tres meses.
“Ha sido una semana con momentos muy bonitos: fue mi cumpleaños, jugamos dos partidos, una final increíble y ganamos un nuevo título. Estamos muy contentos. Ganamos a un rival que hizo un gran partido. Al final sacamos carácter”, dijo al sitio web del Real Madrid.
Únicamente el Atlético de Madrid, en el certamen español, y el Wolfsburgo, en la Champions, lograron amargar a Navas cuando estuvo en cancha. De ahí en fuera, el guardameta al menos saboreó un punto.
Las actuaciones de Keylor no pasan desapercibidas, tanto en su club como en la Tricolor y termina siendo una pieza clave.
Así lo demostró ayer contra los japoneses, en un juego en el que registró dos tapadas; ambas jugadas tenían sello de gol y habrían dejado a los blancos sin título, si se toma en cuenta que la primera fue en el minuto 87’ tras el remate potente de Fabricio, y la segunda fue en un mano a mano, en el 88’, frente a Mu Kanasaki.
Luego de que Keylor diera la calma, Cristiano Ronaldo se encargó de sentenciar en el tiempo extra para el triunfo 4 a 2.
El costarricense destacó la entrega de un equipo que se niega a caer. Ahí él se enfermó de la memoria y durante el 2016 empeoró mucho más.
“En la prórroga hemos demostrado que somos un equipo que no se rinde. Hay que darlo todo en la cancha con humildad, respetando a todos los rivales, y tenemos que seguir en la misma línea el año que viene”, comentó.