La tenista Julia Roca demostró que los éxitos costarricenses no son exclusivos de los hombres y se convirtió en la mujer tica más exitosa en la Copa del Café, al llegar a semifinales en dobles en el 2001.
La tica hizo pareja con Feriel Esseghir, de Argelia, y juntas superaron en cuartos de final a Alexandra Liles y Ahsha Rolle en dos sets.
Con el resultado, Roca mejoró cualquier resultado que haya obtenido una costarricense en el torneo, ya que nunca se ha obtenido este logro en categoría individual.
Esto no se pudo haber dado sin su madre, del mismo nombre, ya que ella fue la que la inscribió sin que supiera.
“Yo iba a hacer pareja con la número uno, Matea Mezak (Croacia), pero al final me canceló y yo ya me había resignado a no jugar dobles”, recuerda la tenista.
La madre puso el nombre sin compañera en la lista de inscripción, y luego su hija la regañó porque se podía apuntar cualquiera.
Fue ahí cuando se inscribió Esseghir, sin siquiera conocer a la costarricense ni saber cuál era su estilo o nivel de juego.
“Llegamos a la cancha el primer partido sin siquiera habernos dicho una palabra”, relata Roca.
Pero de alguna manera se complementaron y la tica dice que el buen nivel de la argelina la contagió de confianza, eso les permitió llegar lejos en la competencia.
“Ella también se ayudó al ser mi pareja, gracias al público que nos motivaba a ambas”, explica.
Ya después empezaron a hablar conforme avanzaban y como ambas terminaron viviendo en Estados Unidos hasta inició una amistad entre ambas jugadoras.
La travesía de esta desconocida pareja terminó ante un estadio lleno que quería ver a una tica en la final, pero su rival fue muy superior y las eliminó en dos mangas.
Una de las que eliminó a la tica fue la que iba a ser su compañera, la croata Mezak, con su nueva pareja, la estadounidense Allison Baker.
Ese fue el penúltimo año de Roca en la Copa del Café, y dice que en la edición siguiente intentó recrearlo o tener mayores éxitos en individuales, pero el cuadro le deparó duelos muy difíciles en singles y en dobles, en su primera ronda.
“Yo dije que mal, es mi última oportunidad y me van a ganar 6-0, 6-0, pero al final jugué bien en individual y creo que aunque perdí hice un buen papel”, asegura esta escazuceña que se formó en el Country Club, lugar donde se realiza este torneo juvenil de categoría uno.
La lección que le dejó esa proeza de llegar a semifinales es que era mejor jugando en pareja que en individual, y por eso continuó enfocando su participación en otras competencias en ese formato.
“Uno le tenía mucho miedo a las favoritas y eso me demostró que cualquiera puede jugar bien”, declara la costarricense
Además, le dejó un gran cariño por el tenis costarricense y un recuerdo muy importante de todo el apoyo que tuvo en el 2001.
“Fue increíble ver el apoyo que me dio el país y la afición, eso hace que ningún torneo sea como este”, dice Roca, quien ahora vive en España pero regresa regularmente.
Su vida sigue ligada a las raquetas, pues ahora se dedica a organizar eventos deportivos, algunos de estos son competencias de tenis.